Descubre el curioso origen de las torrijas, el postre estrella de Semana Santa

La torrija es uno de los postres más tradicionales de la repostería española y aunque hoy la relacionamos casi exclusivamente con la Semana Santa, su origen nada tiene que ver con celebraciones religiosas. Descubre la curiosa historia de este sencillo postre que no puede faltar en nuestras mesas en estas fechas.
Con pan del día anterior (o incluso de dos o tres días antes), leche, huevo y azúcar como base, la torrija es también un ejemplo de cocina de aprovechamiento. Y aunque no se denominaba así, el origen de la torrija se remonta a la antigua Roma, ya que en el recetario de Apicio, compilado en el siglo I d. C., ya incluía una preparación similar en la que se mojaba pan en leche y se freía, aunque no se usaban ingredientes dulces como el azúcar o la miel.
Y aunque en la actualidad en España las torrijas son uno de los máximos exponentes de las recetas de Semana Santa, su origen nada tiene que ver con estas celebraciones religiosas. Seguro que te va a sorprender quiénes eran las principales consumidoras de este postre tradicional.
En los siglos XV y XVI, las torrijas se ofrecían a las mujeres tras dar a luz, como alimento energético y reparador. Aparecen mencionadas en textos médicos y recetarios de la época como un recurso habitual en hospitales y casas donde se atendían partos.
El poeta y músico Juan del Encina ya escribía en el siglo XV sobre esta costumbre y fue la primera persona que dejó por escrito el nombre de torrijas (aunque realmente escribió torrejas) en un cancionero publicado en 1496, dentro de un cantar pastoril de Navidad, según recoge la Biblioteca Nacional de España en sus registros.
'En cantares nuevos gocen sus orejas, miel e muchos huevos para hacer torrejas: aunque sin dolor parió el Redentor'.
El valor calórico de la torrija, unido a su fácil digestión, la hacía especialmente útil en un momento en el que la alimentación era clave para la recuperación de la madre.
En muchos hogares, ofrecer torrijas a una mujer que acababa de ser madre era un gesto tradicional de hospitalidad y atención. Era común que las vecinas, amigas o familiares prepararan el dulce para la madre como muestra de cariño y apoyo.
Durante la Edad Media, la torrija fue adoptada en España como una preparación frecuente durante la Cuaresma y la Semana Santa. En una época en la que se prohibía el consumo de carne por motivos religiosos, este dulce se convirtió en una fuente calórica y reconfortante ideal para los días de abstinencia.
La combinación de pan, leche, huevo y azúcar proporcionaba energía, era fácil de preparar y se adaptaba a los recursos de las casas humildes. Además, la simbología del pan empapado en leche o en vino tenía también connotaciones religiosas.
Según explica la Biblioteca Nacional de España, la receta más antigua de torrijas de pan que se conoce aparece en 1611 en el libro 'Arte de cozina, pasteleria, vizcocheria, y conserueria' del cocinero Francisco Martínez Montiño.
El plato ya existía con otros nombres genéricos que se referían al ingrediente principal, el pan. Y 'torrija' significaba simplemente 'rebanada de pan', ingrediente común que se utilizaba en la elaboración de diversos platos.
En el libro 'Novísimo arte de cocina o aviso a las cocineras', una recopilación de métodos de cocina españoles y franceses de 1845, puede leerse otra variación de la receta.
En ella, se infusiona la leche con azúcar, sal, media cucharada de agua de flor de naranja y un polvo de limón verde picado. Se remojaban las rebanadas de pan 'de tamaño de un duro' en esa leche infusionada, pero durante poco tiempo, y después de escurrir la leche, se pasaban por huevo batido y se freían. 'Cuando están de buen color, se polvorean de azúcar y se sirven'.
La periodista española Carmen de Burgos, publica una elaborada receta de torrijas en las que el pan se fríe antes de pasar por el huevo en su manual práctico de cocina '¿Quiere usted comer bien?'.
Desde entonces, las torrijas se fueron haciendo cada vez más populares y se fueron adaptando por regiones según sus productos locales: en algunas zonas se empapan en vino, en otras se usa miel, y también las hay aromatizadas con canela, limón o anís.
Ya en la actualidad, hay diversas formas de prepararlas, para hacerlas más saludables, como las torrijas al horno o las torrijas en freidora de aire.