El queso que viene y cómo los premios revelan el nuevo rumbo del queso español
Tendencias queseras
Las piezas premiadas este año confirman una transformación profunda: más autor, más territorio y mucha más creatividad
España vive un momento excepcional en el mundo del queso artesano. Los últimos premios internacionales no solo celebran piezas extraordinarias, sino que dibujan un mapa claro del futuro: quesos más personales, afinaciones más precisas, nuevas texturas y un regreso decidido a la autenticidad. Más que los ganadores en sí, lo relevante es entender qué dicen estos premios sobre el nuevo rumbo del queso español.
El auge del queso de autor: piezas pequeñas, identidad grande
Los jurados están premiando quesos en los que se nota la mano del productor, piezas de formato más pequeño y con una impronta muy marcada. Es el caso de proyectos como Peñas Negras (Toledo), cuyo Castillo Peñas Negras, un curado trufado de oveja, ha brillado este año por su carácter y su afinación precisa.
Algo similar ocurre con Praizal Bodega (León), un queso de leche cruda afinado en madera que expresa de forma directa el territorio y la filosofía del productor. También destaca el trabajo de Larreako Gazta (Álava), elaborado por Francisco Javier López de Uralde, que reafirma cómo las pequeñas queserías familiares están marcando tendencia con piezas llenas de identidad.
Vuelve la leche cruda (y con ella la complejidad del terroir)
La leche cruda vuelve a situarse en el centro de los premios, confirmando una tendencia que prioriza sabor, matices y vínculo con la tierra. Un ejemplo claro es el curado al romero de Valle de los Molinos (Toledo), elaborado exclusivamente con leche cruda de oveja Lacaune y afinado con una meticulosidad que potencia sus aromas herbales.
También ha sido reconocido La Leze Afinado Original (Álava), un queso de leche cruda de oveja latxa que conserva el carácter profundo de la tradición pastoril vasca. Y de nuevo, Praizal Bodega aparece como un ejemplo de cómo la leche cruda, bien trabajada y afinada, se ha convertido en un sello de calidad que regresa con fuerza.
España se atreve: boom de azules y pastas blandas artesanas
España ya no es solo país de curados: los premios han destacado el crecimiento de estilos que hace unos años parecían anecdóticos. Entre los azules, ha sobresalido Quevedo Azul Adictivo (Valladolid), un queso equilibrado y aromático que refleja el auge de este estilo en nuestro país.
Y en pastas blandas, la tendencia es aún más evidente: el gran protagonista de este año ha sido ‘Hechizo’, de Quesería La Zarcillera (Murcia), elegido Mejor Queso Español 2025, una pieza de pasta blanda de cabra que confirma que este estilo vive un momento de gloria. Junto a él, propuestas como La Xerigota han dejado claro que las cortezas enmohecidas y las texturas cremosas ya forman parte de la nueva identidad quesera española.
La nueva era de los afinadores: cuevas, bodegas y tiempos largos
Una parte de la revolución actual tiene que ver con la afinación: cuevas naturales, cámaras controladas al milímetro y maduraciones prolongadas que transforman el queso mucho más allá de su elaboración inicial. Ejemplos premiados como Marantona semicurado (Ciudad Real), elaborado por Quesos La Casota, muestran cómo el tiempo y la técnica pueden elevar una pasta prensada hasta convertirla en una pieza excepcional.
Otro caso destacado es el Sarró de búfala (Barcelona) de Formatgeries Montbrú, un semicurado que ha sido reconocido como el mejor queso de leche de búfala del mundo y que demuestra que la afinación artesana está viviendo su mejor momento en España.
Sostenibilidad real: pastos, razas y proximidad
La sostenibilidad ya no es un añadido, sino el punto de partida de los proyectos más premiados. El Emborrizado Montes de Málaga (Málaga), elaborado con leche de cabra malagueña y afinado en aceite de oliva virgen extra y salvado de trigo, es un ejemplo perfecto de esta filosofía.
También destacan quesos como El Roano Curado (Murcia), producido con leche de cabra murciano-granadina criada en libertad, o la Torta de Barros (Badajoz), elaborada con leche cruda de oveja merina en un entorno de pastoreo extensivo. Piezas que demuestran cómo el vínculo con el territorio no solo es sostenible, sino que se traduce en un sabor más vivo y personal.
El consumidor cambia (y el sector se adapta)
Las tiendas especializadas crecen, los mercados gourmet se llenan de piezas españolas y el público pide más información: quiere saber quién hace el queso, cómo se afina y qué lo hace distinto. También aumenta el interés por aprender a presentar y combinar quesos en casa, con recursos prácticos como esta guía para montar una tabla de quesos perfecta, ideal para entender cómo equilibrar intensidades y texturas.
Los premios funcionan como altavoz, pero es la curiosidad del consumidor la que está moviendo la rueda: cuanto más exigente es el público, más se vuelca el sector en innovación, calidad y autenticidad.
Los World Cheese Awards 2025 no son solo una foto del presente: son una pista sobre el futuro. Revelan un país que cuida la artesanía, que arriesga, que recupera técnicas antiguas y que se atreve con nuevas texturas y afinaciones. El queso español ya no imita: marca tendencia, reclama su espacio y demuestra que su mejor etapa acaba de comenzar.