Este es el bollo nórdico que dio vida al famoso rollo de canela cuyo origen se remonta a la tradición escandinava más hogareña
Cultura gastronómica
El 4 de octubre se celebra en Suecia el Día del bollo de canela, íntimamente ligado al ritual del fika

Los rollos de canela -o cinnamon rolls, como los conocemos por influencia estadounidense- se han convertido en uno de los dulces más fotografiados en cafeterías y redes sociales.
Aparecen en vitrinas de pastelerías, brunchs de moda o acompañando cafés en aeropuertos y cadenas internacionales. A primera vista parecen un invento reciente, nacido para los más golosos de Instagram, pero su historia es mucho más antigua y empieza en Suecia, donde este bollo recibe su nombre original: kanelbulle.
El origen escandinavo
El kanelbulle surgió a comienzos del siglo XX, mucho antes de que el dulce cruzara el Atlántico. En lugar de un postre empapado en glaseado, como el cinnamon roll americano, se trata de un bollo más sobrio y aromático.

Su masa de levadura se enriquece con mantequilla, leche, canela y cardamomo, y en vez de cubrirse con azúcar glaseado o crema, se termina con azúcar perlado, lo justo para resaltar su sabor.
La diferencia de concepto también es clave: mientras el cinnamon roll en Estados Unidos se consume como un postre contundente, el kanelbulle sueco está pensado para acompañar el café, sin eclipsarlo.
Un siglo de historia
Este bollo nació en Suecia poco después de la Primera Guerra Mundial, cuando especias como la canela y el cardamomo comenzaron a llegar de forma regular a Europa.
Rápidamente se convirtió en un clásico de las panaderías escandinavas y en un símbolo de hospitalidad.
Su importancia es tal que cada 4 de octubre se celebra el Kanelbullens Dag, o Día del Kanelbulle.

La fecha fue instaurada en 1999 con fines de marketing para destacar la tradición repostera sueca y pronto ganó popularidad.
Hoy, carteles publicitarios y bandejas repletas de bollos frescos inundan cafés y panaderías del país en esa jornada.
Fika, pausa al estilo sueco
La popularidad del kanelbulle no puede entenderse sin el fika, una de las tradiciones culturales más arraigadas en Suecia.
El término no tiene traducción exacta, pero hace referencia a la costumbre de detenerse a tomar café acompañado de algo dulce.
El fika no es solo un descanso rápido: es un momento para conversar, compartir con amigos, compañeros de trabajo o familia.

Y los bollos tiernos como el kanelbulle se han convertido en el acompañante perfecto para esta pausa social que define la vida cotidiana sueca.
Recetas vecinas
Como ocurre con muchos dulces, los rollos de canela tienen versiones en otros países nórdicos y centroeuropeos.
En Dinamarca se conocen como kanelsnegl, en Noruega como kanelbolle, en Finlandia como korvapuusti, en Islandia como kanilsnúður, en Estonia como kaneelirull y en Alemania o Austria como schnecken o Zimtschnecke. Cada uno mantiene la esencia de la masa especiada, aunque con ligeras variaciones en forma o acabado.
La llegada a Estados Unidos
El salto a Estados Unidos se produjo a finales del siglo XIX y principios del XX, con la inmigración europea.
Suecos y alemanes llevaron consigo sus versiones de rollos de canela, que originalmente eran bollos sencillos y poco azucarados.
Con el tiempo, la receta se adaptó al paladar americano, que prefería porciones más grandes y sabores intensos.
La disponibilidad de harina, mantequilla, azúcar y especias hizo que cada vez más hogares pudieran elaborarlos.

El gran impulso de los cinnamon rolls en Estados Unidos llegó en los años 50 gracias a Pillsbury, la empresa de alimentación que popularizó las masas refrigeradas en tubo, listas para hornear y fáciles de preparar en casa.
Décadas más tarde, en 1985, el fenómeno dio un salto comercial con la apertura en Seattle de la primera tienda de Cinnabon, una cadena de cafeterías independiente -sin relación con Pillsbury- que se especializó en rollos de canela gigantes, convirtiéndolos en un icono global.
El éxito fue tan grande que la marca comenzó a expandirse por centros comerciales y aeropuertos de Estados Unidos, hasta convertirse en un icono del 'fast food dulce', el equivalente a lo que Starbucks representa en el café.