Estas son las frutas más caras del mundo con precios de récord
Curiosidades gastronómicas
Algunas frutas son auténticas joyas que se ofrecen como regalos únicos

En la mayoría de mercados, la fruta es un alimento cotidiano, asequible, casi banal. Pero en algunos rincones del mundo —en especial Japón— la fruta se convierte en un artículo de lujo, capaz de alcanzar precios que rivalizan con un coche pequeño o una joya.
No se trata solo de sabor: es una cuestión de estética impecable, ritual social y técnicas de cultivo que rozan la artesanía más refinada. Regalar fruta premium es un gesto de respeto y distinción, profundamente enraizado en la cultura japonesa.
Te hablamos de esas variedades exclusivas que han llevado la idea de fruta de temporada al extremo más sibarita.
Sandías de lujo
Sandía Densuke
La sandía Densuke es uno de los símbolos más reconocidos del lujo japonés. Su característica piel negra brillante no solo es hermosa, sino que protege una pulpa extremadamente dulce y jugosa, de sabor mucho más intenso que el de las sandías comunes.
Se cultiva únicamente en Hokkaidō y la producción anual es limitada a unas pocas centenas. Esa exclusividad se refleja en su precio: algunas se han subastado por más de 6.000 dólares.
Estas sandías no solo se compran para comer: son regalos de prestigio y se consideran un lujo cultural, asociado a celebraciones y a mostrar respeto hacia el destinatario.
Sandías cuadradas
En Japón también se han hecho mundialmente famosas las sandías cuadradas, que se cultivan en moldes especiales para que adopten esta forma geométrica perfecta.
Aunque su sabor no difiere mucho de la sandía tradicional, el atractivo está en el diseño único y su función decorativa: suelen exhibirse en tiendas de lujo o regalarse como objeto curioso.
Su precio suele rondar 100–200 dólares por unidad, pero algunas versiones premium superan esa cifra. Son el ejemplo perfecto de cómo la estética puede transformar un alimento común en un símbolo de creatividad y status.
Melones premium
Melón Yubari King

El melón yubari es el melón más caro del mundo. Cultivado en Yubari, Hokkaido, es famoso por su forma esférica perfecta, su pulpa jugosa y dulce, y su piel reticulada impecable.
En la primera subasta de la temporada agrícola en Japón, las dos primeras unidades de melones Yubari suelen ser las más cotizadas. En 2019 se llegó a un precio récord de 5 millones de yenes, nada más y nada menos que 40.800 €. El resto de melones suelen tener un precio mucho más asequible, de unos 70€ la unidad.
Melón Densuke
Menos conocido que el Yubari King, pero igualmente exclusivo, algunos ejemplares se han vendido por más de 27.000 dólares.
Su producción es limitada y su sabor exquisito, lo que le convierte en objeto de deseo en subastas.
Uvas Ruby Roman

Símbolo del lujo japonés. Estas uvas rojas pesan al menos 20 g cada una y tienen un dulzor perfecto. Los racimos se revisan de forma exhaustiva y se descarta cualquier imperfección. Es un proceso tan meticuloso como el corte de un diamante.
El resultado es un fruto de sabor explosivo, textura firme y un estatus casi mítico. En Japón se regalan para honrar a socios, clientes o familiares en ocasiones especiales.
En subastas han alcanzado 11.000 dólares por racimo y fuera de las subastas su precio tampoco es bajo, porque un racimo puede llegar a costar 1.000 dólares.
Las fresas más lujosas
Fresas Bijin-hime
En la prefectura de Gifu se cultivan las fresas Bijin-hime, que en japonés significa 'bella princesa'. Son enormes, con más de 100 g por pieza, y tienen un aroma embriagador y un sabor perfectamente equilibrado entre dulzura y acidez.
Su precio puede superar los 350 dólares por unidad, convirtiéndolas en las fresas más caras del mundo. De ahí que no se vendan en bandejas, sino como joyas, en cajas únicas para regalar.

Fresas Sembikiya Queen
La frutería Sembikiya de Tokio es legendaria por su enfoque en fruta premium. Sus Queen Strawberries se presentan en cajas de lujo, con piezas seleccionadas por tamaño, color y brillo perfectos.
Aunque su precio por caja suele rondar 100–150 dólares, lo que se vende aquí es la experiencia: la certeza de ofrecer o recibir algo cuidado hasta el más mínimo detalle.
Fresas blancas o Piniberry
Conocidas como Shiroi Houseki (“joyas blancas”), estas fresas blancas con semillas rojas son un capricho gourmet.
Su sabor es más suave y menos ácido, con un ligero toque a piña que sorprende al paladar.
Su precio oscila entre 4 y 10 dólares por unidad, pero su rareza y su estética etérea las convierten en objeto de deseo para chefs y aficionados a la gastronomía.
Dekopon
También llamadas Shiranui, estas mandarinas gigantes son un fenómeno en Japón. Sin semillas, con piel fácil de pelar y un dulzor que roza la perfección, se les considera las reinas de los cítricos.

Las cajas con Dekopon premium pueden venderse por 80–100 dólares, convirtiéndolas en uno de los regalos más apreciados en fechas señaladas.
Son un ejemplo de cómo Japón ha elevado incluso la humilde mandarina a un artículo de lujo.
Manzanas Sekai Ichi
Su nombre significa 'número uno en el mundo' y se cultivan con técnicas meticulosas, como polinización a mano y lavado con agua con miel, para darle un brillo y un sabor perfectos.
Cada manzana, de gran tamaño, dulce y de apariencia perfecta, puede costar 20–25 dólares.
Frutas tropicales de lujo
Mangos Taiyo no Tamago
En la prefectura de Miyazaki (Japón) se cultivan estos mangos cuyo nombre significa 'huevos del sol'.
Son famosos por su pulpa rojiza, textura suave y dulzor intenso. Cada mango se cultiva con técnicas meticulosas y se selecciona por su perfección visual.
Han llegado a venderse por más de 3.000 dólares por par en subastas especiales.
Plátano Gokusen
Este plátano filipino se cultiva para el mercado premium japonés. Su precio puede rondar 6–10 dólares por pieza, gracias a un cultivo controlado que maximiza su dulzura y la textura cremosa.
Aunque no alcanza las cifras extremas de otros ejemplos, es el plátano más caro del mundo y un buen reflejo de la demanda de fruta exclusiva incluso en variedades comunes.