La aerotermia con suelo radiante

la aerotermia con suelo radiante
la aerotermia con suelo radiante
03 ene 2024 - 09:25 Actualizado: 03 ene 2024 - 09:26

Sumérgete en la fusión perfecta de confort y ahorro energético con la aerotermia y el suelo radiante. Descubre los secretos de este dúo imbatible, desde su antiguo origen hasta las modernas opciones de instalación, y transforma tu hogar en un oasis eficiente y acogedor.

El confort en nuestras casas es algo muy importante, tanto como la eficiencia y el ahorro de energía. Por ello, es recomendable que revisemos todas las opciones para climatizar nuestra vivienda cuando hacemos una reforma o compramos un nuevo hogar. Hoy queremos hablar de la combinación de un suelo radiante y los equipos de aerotermia. Según los expertos, la combinación entre un equipo de aerotermia con suelo radiante es la mejor opción para nuestras viviendas.

¿Qué es y cómo funciona un suelo radiante?

El suelo radiante es un sistema de climatización muy antiguo y está considerado como la forma de calefacción más confortable. Debemos saber que el suelo radiante, como una versión inicial del actual, ya era utilizado por los romanos. Aquella calefacción, llamada Hipocausto, se basaba en hacer circular el humo de la combustión de leña por debajo del suelo de la estancia que se quería calentar, para escapar por diferentes chimeneas embutidas en las paredes.

El suelo radiante actual funciona con agua en vez de humo, sin embargo, tampoco es algo de hace unos años, puesto que en el norte de Europa ya se instalaba hace más de un siglo. Aunque la forma de instalarlo, los materiales y la caldera han ido evolucionando con el tiempo.

Así, hoy en día, el suelo radiante está formado por tubos de polietileno reticulado que se reúnen en un colector donde se regula el caudal que debe ir a cada circuito. Este es alimentado desde una bomba de calor, bien directamente o a través de un acumulador de agua. Además, se han desarrollado diferentes tipos de tuberías e incluso placas premontadas con tubos integrados para poder ser instalados en las paredes o en el techo.

Al contrario que los radiadores, las tuberías del suelo radiante, o techo, no las vemos porque van empotradas en el cemento. De modo que el calor no nos llega directamente desde las tuberías, como sucede con los radiadores. En el caso de un suelo radiante, se calienta el hormigón y el pavimento o baldosas y, desde estas, se difunde por toda la vivienda. Por ello, el calor es más suave y homogéneo, no generando la sensación de embotamiento de la cabeza, que sucede con otros sistemas de calefacción.

suelo radiante con aerotermia
suelo radiante con aerotermia

Techo o suelo radiante: diferentes opciones para diferentes objetivos

En efecto, no solo podemos instalar un suelo radiante, sino que podemos instalar paredes radiantes y también techos. El motivo de estos diferentes tipos de instalaciones es para potenciar la calefacción o refrigeración y conseguir un mayor confort, al repartir mejor por toda la superficie de la vivienda el calor.

Otro motivo es la mejor difusión en función de la época en que se utilice la climatización, sobre todo al combinar la aerotermia con el suelo radiante. Debemos tener en cuenta que una bomba de calor de aerotermia tiene la capacidad de generar también frío, por lo que podemos utilizar el suelo o techo radiante en verano como climatización.

Así, en invierno se repartirá el agua por el suelo radiante, para que el calor ascienda desde el suelo hacia arriba, pero en verano se utilizará el techo radiante. De este modo, el agua fría que circula por las tuberías del techo difunde su temperatura desde arriba. Y, teniendo en cuenta que el calor tiende a ascender y el frío a descender, conseguimos una climatización mucho más confortable.

Ventajas de combinar la aerotermia con suelo radiante

Instalar estos dos sistemas para que se complementen nos ofrece varios beneficios, muy importantes para nuestro confort y para nuestro bolsillo.

Mayor eficiencia energética

La bomba de calor puede calentar el agua hasta los 45 o 50 °C, y el suelo radiante trabaja también en ese rango de temperaturas, por lo que los dos se combinan perfectamente. Así, un equipo de aerotermia trabaja de forma normal sin forzar ni consumir más electricidad de la necesaria.

En cambio, si instalamos un suelo radiante con una caldera de gas o gasoil, que calientan el agua a 80 o 90 °C, estamos desperdiciando mucha temperatura de agua, perdiendo eficiencia y aumentando la factura energética. Por otro lado, si instalamos una bomba de calor con radiadores, necesitamos que esta trabaje muy forzada para ofrecer agua caliente a los radiadores, o tenemos que instalar una bomba de calor de alta temperatura.

Mayor confort

Al disponer de un suelo radiante que difunde el calor de forma homogénea por todo el suelo, toda la vivienda se calienta por igual, evitando la sensación de calor en una parte de la estancia y frío en la otra. Además, al calor asciende desde nuestros pies hacia el techo, de esta forma se evita el efecto de "pies fríos y cabeza caliente" que sucede con otros sistemas como el aire acondicionado con bomba de calor o los radiadores.

Ahorro económico

La bomba de calor de aerotermia es capaz de aprovechar la energía térmica del aire, de modo que para generar 4 kWh de calor solo necesita consumir 1 kWh de electricidad. Es decir, la aerotermia es 4 veces más eficiente que una caldera de gas, por lo que, a lo largo de los años de uso, se ahorra comparando la factura de gas con la de electricidad que consume la bomba de calor.

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