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Ecología

Conoce la arquitectura pasiva para la climatización de viviendas


Derivado de las políticas de descarbonización y las sucesivas crisis energéticas que hemos sufrido desde los años 70 del pasado siglo, la eficiencia energética se ha convertido en el objetivo de las actuales construcciones. Ese objetivo, sin embargo, debe ir acompañado de otro no menos ambicioso, aportar el máximo confort a los habitantes.

Para apoyar este cambio y que nuestra mentalidad se adapte a los nuevos requisitos energéticos, debemos tener en cuenta que el 20% de la contaminación ambiental la provocamos todos los ciudadanos a través de nuestras casas. En definitiva, todos somos en mayor o menor medida responsables del cambio climático.

Hogarmania, 18 de julio de 2022

Para mejorar la eficiencia y confort de las casas, surgió ya hace varias décadas el movimiento Passivhaus. Esta doctrina o metodología constructiva intenta imitar las construcciones antiguas, que se basaban en el máximo aislamiento, utilizando los materiales más cercanos.

Así, la arquitectura pasiva construye viviendas con gruesos muros, que aprovechaban las corrientes de aire para ventilar y climatizar. Pero, sobre todo, echa mano de los materiales naturales disponibles en las cercanías del lugar de construcción.

¿En qué consiste el Passivhaus?

El Passivhaus o arquitectura pasiva hace mención al estándar o método constructivo de viviendas y edificios que busca reducir al máximo el consumo energético aportado. Todo ello sin perder el nivel de confort exigible a cualquier edificación, sea vivienda, oficina, hotel, residencia u otros.

El origen de este concepto de construcción tiene muchos años, sin embargo, no fue hasta después de la crisis del petróleo de 73 que se plasmó como criterio arquitectónico. Fue en la década de los 80 del siglo XX cuando se acuñó con el nombre de Passivhaus. Varias personas, entre arquitectos y gestores de la edificación, decidieron dar un paso en la mejora de la eficiencia energética de las viviendas.

Así, Wolfgang Feist y Bo Adamson, que participaron en una conferencia sobre la mejora en la construcción en Alemania, marcaron la definición de la vivienda con arquitectura pasiva o bioclimática. De modo que las casas debían asegurar el confort en invierno, volviendo a los conceptos iniciales de la arquitectura pasiva. Pero, además, debía implementar nuevos conceptos que mejoraran la eficiencia energética, cómo la ventilación de doble flujo con recuperación de calor.

Técnica de construcción de arquitectura pasiva

En la imagen apreciamos cómo se construye una vivienda pasiva.

Reducción del consumo de energía al mínimo

El objetivo de la arquitectura pasiva no es prescindir de la calefacción convencional o del aire acondicionado. Sin embargo, lo que se pretende es que el consumo energético total de la vivienda se reduzca lo máximo posible. Ello implica que se debe construir de forma que el uso de la calefacción y del aire acondicionado sean mínimos.

Otra premisa del Passivhaus es conseguir edificaciones lo más sostenibles posibles. Por ello, algo fundamental es prescindir de combustibles fósiles no renovables, para obtener la poca energía que necesite la vivienda de las fuentes limpias. En este sentido, la energía fotovoltaica y la aerotermia o geotermia juegan un papel crucial en las nuevas viviendas pasivas.

Los pasos que debe seguir el arquitecto para el diseño de la casa pasiva deben estar orientados a conocer el terreno y lugar donde se construirá. De modo que pueda aprovechar las sinergias de la zona, con sus materiales y técnicas de construcción tradicionales, para conseguir reducir la necesidad de energía. Ya que nos solo importa la eficiencia de la vivienda en su uso, si no también durante su construcción. Minimizando al máximo la huella de carbono, en la construcción, uso y en su demolición y reciclaje.

Los factores que tiene en cuenta la arquitectura pasiva para adecuar el edificio a las exigencias energéticas y de confort son varios:

Aislamiento térmico y acústico

Se busca que con el aislamiento se rebajen las necesidades de calefacción y climatización. Además, este debe ser lo más natural posible, es decir, con materiales orgánicos, reutilizados o reciclados.

La exposición a la luz solar

Con la intención de aprovechar al máximo la iluminación natural, se deben disponer las ventanas, de doble o triple vidrio, de la forma más adecuada. La tecnología de las ventanas y puertas ha mejorado lo suficiente como para agrandar las ventanas. No obstante, se las dota de aleros que generen sombra en verano, cuando el sol incide más verticalmente y aumenta la temperatura.

La orientación de la vivienda

En la construcción extensiva propia del siglo pasado se valoraba que las habitaciones principales estuvieran orientadas a la calle o entrada principal de la vivienda. Este concepto cambia con el Passivhaus y se potencia el aprovechar la incidencia del sol para mejorar la climatización de esas habitaciones.

Orientación passivhaus

En la imagen se observa cómo es la orientación de una vivienda con la arquitectura passiva.

La ventilación natural cruzada.

Crear ventanas y aberturas adecuadas en la vivienda para aprovechar las corrientes de aire de forma que recorran dota la vivienda. Estas son útiles para ventilar, pero, además, para refrescar el interior de la casa en verano, aprovechando su temperatura.

La casa pasiva y las energías renovables

Desgraciadamente, el objetivo de minimizar las energías auxiliares en una vivienda pasiva no llega hasta el extremo de no necesitarlas. Ya que la arquitectura bioclimática puede reducir el consumo energético de una vivienda en un 60 %, que es mucho, pero aún necesitamos un aporte adicional.

Los expertos consideran que incluso, potenciando al máximo el aislamiento y otras técnicas, se podría llegar al 70 %. Sin embargo, ese 30 o 40 % aún necesario, lo podemos aportar con las renovables, por ejemplo, energía solar y una bomba de calor.

Los colectores fotovoltaicos generan la energía eléctrica que necesita la vivienda, para la climatización, iluminación y el resto de los electrodomésticos. Mediante un suelo radiante alimentado por una bomba de calor, se dispone de calefacción para los días más fríos del invierno. En verano se aprovecha para inyectar agua fría en el pavimento radiante al invertir el ciclo de la aerotermia.

Con la ventaja que la bomba de calor también nos proporciona agua caliente sanitaria de forma fácil, segura y económica.

Autor: Hogarsense.es