¿Por qué tu casa huele mal (aunque limpies)? Las causas que no imaginas

Vida en casa

Malos olores sin explicación pueden venir de rincones que ni sospechas

La lavadora puede oler peor que la ropa sucia.
La lavadora puede oler peor que la ropa sucia.

¿Tu casa huele de forma rara y no sabes por qué? No te preocupes, suele pasar. Y es que, en ocasiones, ni el ambientador más potente es capaz de tapar ese incómodo olor que parece colarse en cada rincón.

Pero lo curioso del asunto radica en que, muchas veces, el problema no está donde piensas. Por lo que el mal olor persiste por más que limpies. Aunque traigo buenas noticias, ya que tiene solución. Lo primero de todo es saber dónde mirar.

No, no siempre es la basura

Cuando algo huele raro, lo primero que comprobamos es la basura, ¿verdad? Pero no siempre es culpa del cubo.

Cuando algo huele raro, lo primero que comprobamos es la basura.
Cuando algo huele raro, lo primero que comprobamos es la basura.

La lavadora puede oler peor que la ropa sucia

Lo habitual es que, cuando terminas de lavar, cierres la puerta de la lavadora. Bien, es en ese momento cuando el tambor se convierte en un nido de humedad. Y con el tiempo, eso se traduce en moho, bacterias y mal olor. Aunque lo peor de todo es que ese olor acaba impregnando la ropa limpia.

¿La solución? Dejar siempre la puerta y el cajetín abiertos para que se ventile. Una limpieza mensual con bicarbonato o vinagre también será de gran ayuda.

Zapatillas olvidadas (y sudadas)

Las zapatillas que usas en casa también sudan, pisan y acumulan polvo. Si las dejas en la entrada o bajo la cama, el olor se irá quedando en el ambiente irremediablemente.

Lo mejor es lavarlas cada cierto tiempo (si son lavables), o dejarlas que se ventilen al sol durante unas horas. Tu hogar lo agradecerá.

El sofá tiene memoria… de olores

Parece que está limpio, pero si usas el sofá a diario, el tapizado acumula de todo: sudor, restos de comida, olor corporal, perfumes, pelos de mascota, etc.

¿Una recomendación? Desodorizar sin productos raros. Es decir, espolvorea bicarbonato por toda la superficie del mismo, déjalo actuar durante una hora y aspíralo. No huele a nada y elimina el mal olor sin dañar el tejido.

Ah, no olvides mirar debajo de los cojines, puede que te encuentras con alguna sorpresa.

Productos de limpieza que… huelen peor que la suciedad

Combinar lejía con otros productos de limpieza puede generar aromas fuertes y molestos, además de tóxicos. En ocasiones, limpias el baño o la cocina y el resultado es todavía peor que antes.

Hay ambientadores que no ayudan, al contrario. Esos sprays que prometen olor a bosque escandinavo o flor de loto, solamente enmascaran el olor, pero sin eliminarlo.

Es mejor que uses difusores con aceites esenciales o trucos caseros como piel de cítricos en agua caliente.

El calor no ayuda: olores intensificados

Durante el verano, los olores se disparan. La humedad, el sudor y la falta de ventilación convierten una casa en un pequeño invernadero de olores.

Toallas húmedas: el enemigo silencioso

Dejarlas colgadas en el baño sin que se sequen bien puede provocar olor a rancio en pocas horas. De la misma manera que la ropa sudada dentro del cesto.

Es preferible colgarlas al aire o lavarlas lo antes posible. Y tampoco uses suavizante en exceso, ya que puede aumentar el problema.

¿Tienes mascota? Entonces ya lo sabes...

A pesar de que tenga una buena higiene, un perro o un gato dejan su huella aromática. Mantas, camas, alfombras o rascadores se impregnan con el paso del tiempo.

El truco del vinagre

Lava sus cosas con un chorrito de vinagre blanco, ya que así conseguirás neutralizar los olores sin dejar rastro alguno.

Y ventila correctamente la zona donde duermen, puesto que el aire estancado es capaz de empeorarlo todo.

Usa difusores con aceites esenciales o piel de cítricos en agua caliente.
Usa difusores con aceites esenciales o piel de cítricos en agua caliente.

Y a veces… no es tu culpa

Sí, por supuesto. Hay días en los que el olor viene del exterior. Puede ser del extractor de un vecino, del garaje, del portal o incluso, de las bajantes del edificio.

Por lo que si percibes un olor persistente en zonas comunes, ponte en contacto con la comunidad o el administrador. Mientras tanto, usa ventiladores o campanas extractoras para evitar que el aire se quede estancado.

El olfato no engaña (y tu casa tampoco)

El mal olor siempre tiene un origen, aunque en ocasiones cueste dar con él. En ocasiones, es tan simple como un tupper en el fondo del armario o una toalla olvidada.

La clave reside en revisar lo que no miramos habitualmente: rincones, textiles, electrodomésticos, etc.

Con unos pequeños cambios, puedes hacer que tu casa huela a limpio de verdad, sin necesidad de saturarla de perfumes. Y es que, al final, el mejor ambientador es un hogar ventilado y libre de acumulaciones invisibles.

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