¿Sabías que la mitad de las empresas españolas miran las redes sociales de los candidatos a una vacante con el fin de conocer su "reputación digital"? Sí, las redes sociales forman parte del curriculum vitae.
Que te "gloogleen" ya no es raro y lo que Internet dice de ti puede encumbrarte como un alto perfil laboral o, negarte un préstamo bancario, hipotecario e, incluso, arruinarte la vida.
Desde que Internet hizo su primera aparición, allá por 1969, su constante evolución y globalización lo han convertido en la mayor herramienta de búsqueda y difusión de contenidos del mundo. Con ella nacieron las grandes e-commerce como Amazon, Ebay o Aliexpres.
En ella se funden las palabras que hoy nos informan y entretienen, con ella visitamos lugares que en la vida habríamos soñado conocer... Con ella nacieron las redes sociales, las aplicaciones de mensajería instantánea, las páginas que te buscan pareja y las empresas que te contratan.
Internet, sin duda, ha revolucionado la forma en la que percibimos el mundo que nos rodea. Pero ¿qué hace que Internet nos de tanta información y entretenimiento a coste cero? Y una pregunta todavía más importante, ¿es posible eliminar algo de Internet de forma definitiva?
La Unión Europea lo tiene claro y dispone de una herramienta que te permitirá ejercer un derecho muy importante: El derecho al olvido. Te explicamos qué es, cómo se regula y por qué es tan importante para determinar la reputación digital.
¿Qué es el derecho al olvido?
Según la AEPD (Agencia Española de Protección de Datos) el derecho de supresión (derecho al olvido) es el derecho a impedir la difusión de información personal a través de Internet cuando su publicación no cumple con los requisitos de adecuación y pertinencia previstos en la normativa.
Lo puede ejercer cualquier ciudadano que considera que los buscadores o alguna página web esta vulnerando su información personal al mostrarla deliberadamente y sin su consentimiento.
Este derecho está a la altura de los derechos fundamentales y es castigado por la AEPD con multas millonarias hacia los motores de búsqueda que lo vulnera. La última multa por valor de 10 millones de euros, la más alta hasta el momento, se la han impuesto a Google por dos infracciones "muy graves".
La AEPD considera que Google cedió datos a terceros sin legitimación para ello y obstaculizó el derecho de supresión de los ciudadanos, vulnerando así los artículos 6 y 17 del Reglamento de Protección de Datos (RGPD) que regulan el derecho al olvido.

¿Cómo funciona el Derecho al olvido?
El 13 de mayo de 2014, el Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea (TJUE) hizo pública una sentencia en la que indicaba que el tratamiento de los datos personales está sometido está sometido a las normas de Protección de Datos de la Unión Europea y que todo ciudadano tiene derecho a solicitar que los enlaces a sus datos personales no figuren más en los resultados de búsqueda en Internet.
¿Desindexar o eliminar la información?
En este punto cabe resaltar que la información que existe de una persona en Internet no se puede eliminar, pero sí suprimir, es decir, hacerla más invisible de cara a los buscadores de Internet. ¿Por qué sucede esto? Básicamente porque Internet, más concretamente los buscadores como Google, Bing o Yahoo! no son la fuente de la información, pero sí los que dan visibilidad a esa información.
Además, un interesado solo podrá ejercer este derecho cuando alguna información vulnere derechos fundamentales, como su derecho al honor, a su intimidad, o a su propia imagen. Y, también, que dicha información carezca de interés público y se pueda considerar obsoleta.
Cualquier persona que viva en algún país de la Unión Europea puede exigir al buscador que suprima, es decir que haga invisible esa información a partir de su nombre completo. Es la norma que establece el TJUE.
Sin embargo, en España, concretamente el Tribunal Superior de Justicia, también avaló la petición de un interesado que exigía al gestor de un motor de búsqueda la supresión de sus datos a partir de su nombre completo y de sus dos apellidos.

¿Cómo solicitar el derecho al olvido?
La normativa establece que para que un ciudadano pueda ejercer este derecho debe dirigirse, en primer lugar, a la entidad que está tratando sus datos, es decir, al buscador. De hecho, los grandes motores de búsqueda de Internet como Google, Bing y Yahoo! han habilitado formularios específicos para que cualquier ciudadano de la Unión Europea haga ejercicio de este derecho.
Si el buscador deniega la petición del ciudadano, el interesado puede poner una reclamación ante la Agencia Española de Protección de Datos. La decisión de la agencia, favorable o no, también es recurrible ante los Tribunales. Aunque puede parecer un proceso sencillo, no lo es.
En ocasiones, eliminar un contenido de Internet conlleva la contratación de abogados especializados y de procesos que son muy largos y costosos en el tiempo.
Además, este derecho solo se puede ejercer en la Unión Europea y los países que la conforman, por lo tanto, el derecho al olvido termina en las fronteras de la UE porque no existe una ley global que obligue a los buscadores a invisibilizar datos a escala mundial.
Por supuesto, cada país crea sus propias normas y muchos ya están regulando los llamados "derechos digitales".
Empresas que eliminan datos en Internet
Solo en España y en el tramo de cinco años, de 2014 a 2019, se realizaron más de 77.000 peticiones de Derecho al Olvido. Ante la creciente demanda, surgen empresas con el fin exclusivo de eliminar contenido comprometedor de una persona.
Son empresas que consiguen invisibilizar los datos personales que comprometen la reputación digital de un ciudadano. Una de ellas es RepScan, una startup española que ofrece la posibilidad de quitar el contenido no deseado de una persona en menos de 72 horas. La gran ventaja de esta empresa es que solo cobrara si desaparece la información negativa.

Protege tus datos en Internet
Lo que uno hace en Internet, sus búsquedas, los datos que aporta, es información indeleble, es decir, son huellas que no se pueden eliminar. Por mucho que uno elimine cierta información, solo basta que otro copie la información y la vuelva a publicar.
En este sentido, el derecho al olvido es un parche con el que se puede invisibilizar una información que menoscabe el derecho al honor, la intimidad y la propia imagen de una persona.
Aunque sigue sin poner fin a la forma en la que Internet trata nuestros datos, es bien ávido ser cauto con uno mismo y con la información personal que proporcionamos de nosotros en las redes sociales o terceros. Porque los motores de Internet indexan la información independientemente de a quien pertenezca y lo que hoy es privado mañana puede ser público y afectar gravemente a tu carrera profesional y a tu vida personal.