¿Los gatos pueden comer fresas? Todo lo que debes saber

Es normal que los gatos muestren curiosidad por nuestra comida, incluso por alimentos poco comunes en su dieta como la fruta. Pero si en alguna ocasión te has preguntado si los gatos pueden comer fresas, no eres el único. No te preocupes.
Esta duda suele aparecer con cierta frecuencia, principalmente en verano, cuando esta fruta está en plena temporada y muchos amantes de los gatos quieren compartir un momento especial con su felino. ¿Resolvemos este interrogante?
A pesar de que los gatos son considerados como carnívoros estrictos, es natural que quieran probar lo que huele o se ve apetecible. Pero no todo lo que para nosotros es seguro, lo es para ellos.
Por este motivo, en las próximas líneas te contaremos si pueden comer fresas, como ofrecérselas de manera segura, los beneficios, los riesgos y qué alternativas existen.

Y además, intentaremos dar respuesta a las preguntas más frecuentes en torno a la inclusión de las frutas en la dieta felina. Una completa guía con la que podrás cuidar su salud sin renunciar a pequeños caprichos, como algunas verduras y frutas que sí pueden comer.
¿Los gatos pueden comer fresas?
Sí, pero de manera ocasional. Al contrario que en el caso de las uvas, los gatos pueden comer fresas en cantidades pequeñas y de forma puntual. No es una fruta tóxica para los felinos, por lo que no supone un peligro inmediato en el caso de que la consuman.
Aunque ten presente que su sistema digestivo no está diseñado para digerir frutas, azúcares o fibra vegetal en grandes cantidades. ¿Entonces? Simplemente, no tienes que ofrecer a tu gato esta fruta como parte habitual de su dieta.
En resumen, el consumo debe ser ocasional, como si de un pequeño premio se tratase. Si tu gato muestra interés por una fresca, dale un trozo pequeño. Pero nunca, y bajo ningún concepto, le fuerces a su ingesta ni sustituyas su comida habitual por frutas.
Beneficios de las fresas para los gatos
Si bien es cierto que las fresas no suponen un alimento esencial dentro de la dieta de un gato, no es menos cierto que también pueden tener algunos beneficios si se ofrecen con moderación:
Fuente de nutrientes
Las fresas cuentan con una serie de antioxidantes naturales, como la vitamina C, flavonoides y fibra dietética. A pesar de que los felinos no requieren vitamina C extra, debido a que su organismo ya la genera de forma natural, los antioxidantes ayudan a combatir el estrés oxidativo celular.
Hidratación extra
Gracias a su alto contenido de agua (> 90%), las fresas colaboran a la hora de mantener al gato hidratado. Una cualidad que es especialmente útil en épocas calurosas o si el animal no es capaz de beber demasiada agua por sí solo, al contrario de otros gatos que beben mucha agua.
Bajas en calorías
Es preciso señalar que una fresa contiene muy pocas calorías, por lo que puede ser una alternativa ideal a ciertos premios comerciales llenos de grasa o sal. Pero no olvides que es rica en azúcares naturales, lo que sugiere tener precaución a la hora de ofrecérsela.
Precauciones al dar fresas a tu gato
A pesar de que las fresas no son peligrosas por sí mismas, es fundamental conocer sus posibles efectos negativos y ofrecerlas con las siguientes precauciones:
Riesgo digestivo
Un exceso de fruta puede alterar el sistema digestivo del gato, provocando diarrea, vómitos o flatulencias. Los azúcares y la fibra presentes en la fresa no siempre se digieren correctamente.
Posibles alergias
No olvidemos tampoco que algunos gatos pueden ser alérgicos a las fresas. Los síntomas más comunes son sarpullidos, picos, dificultad para respirar o vómitos. Por tanto, y ante cualquier reacción, deja de darle fruta y ponte en contacto con tu veterinario.
Hojas y tallos
Recuerda siempre que las partes verdes de la fresa, como tallos y hojas, pueden ser indigestas. Elimínalas por completo antes de proporcionar cualquier fruta a tu mascota.
Contenido en azúcar
Además, las fresas contienen fructosa. Si bien no es un azúcar natural, no está especialmente recomendada para gatos con diabetes, sobrepeso o problemas metabólicos de diversa índole.

¿Cómo dar fresas a tu gato de forma segura?
Si quieres evitar sustos y ofrecer una experiencia positiva a tu gato, sigue estos sencillos pasos:
- Lava bien la fruta: elimina residuos de pesticidas, tierra o químicos.
- Retira el tallo y las hojas: repetimos, las partes verdes de las frutas pueden ser indigestas.
- Corta la fruta en trozos pequeños : de esta forma es más difícil que tu felino se atragante.
- Ofrécele 1 o 2 trocitos, no más: y solo de manera puntual, no como norma.
- Observa posibles reacciones adversas: si hay vómitos, rechazo o picor, retira la fruta inmediatamente.
- No obligues a que la coma: si no le interesa, respeta tu decisión.
Otras frutas aptas para los gatos
- Plátano - Sin piel, en láminas pequeñas
- Manzana - Sin semillas ni corazón
- Melón-Sin piel ni pepitas
- Sandía-Solo pulpa, fresca y sin semillas
- Arándanos - Mejor frescos, sin azúcares añadidos

¿Qué pasa si mi gato come fresas?
No te preocupes. Si tu gato ha comido un trozo pequeño de fresa y no tiene molestias, no pasa absolutamente nada. La fresa no es un alimento venenoso ni tóxico para ellos.
Pero en el caso de que haya ingerido una gran cantidad o presenta algún síntoma como vómitos, diarrea o letargo, obsérvalo y en caso de necesidad, acude al veterinario.
¿Por qué mi gato come fresas?
Aunque los gatos son animales que no cuentan con receptores para detectar el sabor dulce, sí es probable que sientan cierta curiosidad por las fresas, debido a su aroma, textura o temperatura.
Algunos felinos suelen imitar lo que ven comer a sus referentes humanos y en otros casos, solo es una curiosidad pasajera, no cuentan con una intención real de comer o probar una pieza de fruta.