Abadía Retuerta, la bodega donde Stella Banderas se casará rodeada de vino y alta cocina
Lujo gastronómico
La hija de Antonio Banderas y Melanie Griffith celebrará su boda en un monasterio medieval de la Ribera del Duero convertido en destino gourmet

El próximo 18 de octubre, Stella Banderas dará el 'sí, quiero' en Abadía Retuerta, una abadía medieval convertida en bodega y hotel de cinco estrellas en pleno corazón de la Ribera del Duero.
Más allá de la expectación mediática, el lugar es un templo del vino y la gastronomía que merece la atención de cualquier amante del buen comer y del enoturismo.
Un monasterio convertido en destino gourmet
Abadía Retuerta, situada en Sardón de Duero (Valladolid), es un lugar donde la historia y la modernidad conviven en armonía. El edificio original, del siglo XII, fue un monasterio de la orden premostratense. Tras una restauración impecable, se transformó en un exclusivo hotel-bodega que ha sabido conservar el espíritu medieval mientras ofrece experiencias de lujo contemporáneo.
El complejo forma parte de una nueva categoría que reconoce la excelencia de los hoteles donde la gastronomía es tan importante como el alojamiento. No en vano, Abadía Retuerta figura entre los 21 mejores hoteles de España con experiencias gastronómicas únicas, según la Guía Michelin.
Este enclave no solo atrae a turistas internacionales en busca de privacidad y confort, también a figuras del mundo cultural y gastronómico. Y ahora, será escenario de una de las bodas más comentadas del año.
Vino con identidad propia
Si algo distingue a Abadía Retuerta son sus vinos. La finca cuenta con más de 700 hectáreas de viñedo y elabora tintos que figuran entre los más reconocidos de la Ribera del Duero. Su filosofía se basa en respetar el carácter de cada parcela: cada uva tiene su protagonismo y cada botella narra la historia del terruño.
Los vinos de la bodega han recibido premios internacionales y se han consolidado en cartas de restaurantes de alta gastronomía en todo el mundo. En una boda donde no faltarán brindis, estos caldos tendrán un papel estelar.
Un restaurante con estrella Michelin
En el corazón del complejo se encuentra Refectorio, el restaurante gastronómico de Abadía Retuerta. Ubicado en el antiguo comedor de los monjes, es hoy un espacio donde la cocina de autor brilla con luz propia. Con una estrella Michelin y una estrella verde a la sostenibilidad, ofrece menús degustación que reinterpretan los productos de la tierra: legumbres de la zona, carnes de caza, pescados del norte y verduras de temporada, todo maridado con vinos de la casa.

Su propuesta lo sitúa al nivel de otros grandes destinos culinarios, como los 11 restaurantes recomendados por la Guía Michelin para escapadas otoñales.
La celebración incluirá un menú de alta cocina pensado para emocionar. Y aunque el enlace sea privado, la experiencia de Refectorio está abierta a quienes quieran descubrirla en primera persona.
Marc Segarra, el chef que reinventa Refectorio cada temporada
Detrás de la estrella Michelin de Refectorio está Marc Segarra, un cocinero que ha hecho de la abadía su laboratorio creativo. Formado en algunos de los mejores restaurantes de España, su propuesta se basa en una filosofía de kilómetro cero: aprovechar lo que ofrece la naturaleza de la Ribera del Duero y el legado histórico del monasterio para transformar cada producto en una experiencia única.

Cada temporada se reinventa junto a su equipo para diseñar menús que sorprenden tanto a los paladares locales como a los viajeros internacionales. Platos como el calamar con guisantes lágrima, tuétano y caviar ecológico son un ejemplo de su capacidad para unir tradición, técnica y vanguardia con un profundo respeto por el entorno.
Segarra no solo dirige la cocina, también imprime una identidad propia al conjunto de la experiencia gastronómica de Abadía Retuerta: un equilibrio entre creatividad y territorio que explica por qué el restaurante ha conquistado a la crítica y al público.
Platos que cuentan una historia
La cocina de Marc Segarra no solo busca emocionar, también contar el territorio a través de cada bocado.
Otro plato que refleja bien su estilo es la remolacha ahumada al sarmiento con jugo de ave y setas. Tratada como si fuese un pastrami, la remolacha se marina en una salmuera con especias durante 24 horas, se empaniza y después se ahúma con sarmientos de vid. El resultado es un plato que homenajea tanto a la naturaleza circundante como a la propia bodega, ofreciendo una experiencia culinaria única.

Al mismo tiempo, preparaciones, como el escabeche de tuétano y hierbas, reinterpretan sabores tradicionales castellanos desde una mirada contemporánea. Cada menú degustación del Refectorio es un viaje sensorial que combina tradición, innovación y sostenibilidad, elevando la cocina de la Ribera del Duero a un nivel internacional.
Creatividad en torno a la tradición
En Refectorio, la exigencia y la excelencia son la base de cada plato. La cocina de Segarra se define por la creatividad aplicada a la tradición, siempre en conexión con el entorno y con un profundo respeto por la temporalidad.
Gran parte de las materias primas proceden de la propia huerta de la abadía o de productores locales de confianza. Esa cercanía garantiza frescura y autenticidad en cada elaboración, reforzando la filosofía de kilómetro cero que impregna todo el proyecto.
La boda con más sabor del año
Aunque los detalles de la boda se mantienen en secreto, se espera que la gastronomía sea uno de los grandes atractivos de la celebración. En un enclave donde cada plato y cada copa tienen un vínculo con el entorno, el menú nupcial podría convertirse en una declaración de amor a la cocina castellana contemporánea.
Entre los invitados no faltarán nombres conocidos, pero más allá del brillo mediático, el verdadero protagonista será este rincón de la Ribera del Duero que ha conquistado a gourmets de todo el mundo.
Abadía Retuerta no es solo un lugar donde celebrar una boda de ensueño, también un refugio para quienes buscan vivir el vino y la gastronomía en estado puro. El precio de una noche, que supera los 1.500 euros, se convierte en la llave de acceso a un recuerdo inolvidable.