¿Paella o paellera? El debate que nunca falta en el Día Internacional de la Paella
Cultura gastronómica
El nombre del recipiente sigue generando discusión más allá de la receta

Cada 20 de septiembre se celebra el Día Internacional de la Paella, el plato más universal de la gastronomía española. Pero más allá de recetas, trucos o secretos para lograr el socarrat perfecto, hay un dilema que se repite año tras año: ¿cómo se llama realmente el recipiente donde se cocina, paella o paellera?
Una cuestión de lengua, tradición y orgullo que despierta casi tanta pasión como el arroz en sí.
El Día de la Paella: mucho más que un arroz
La paella nació en la huerta valenciana como un plato humilde, pensado para compartir en familia y con ingredientes de temporada. Hoy, es uno de los grandes símbolos culinarios de España, con reconocimiento internacional y hasta su propio día en el calendario gastronómico.
Cada septiembre, este festejo sirve para reivindicar el valor cultural de un plato que trasciende la cocina: la paella es reunión, fiesta, identidad y motivo de orgullo para toda una región. Y también es motivo de debate lingüístico.
Paella o paellera: de dónde viene el lío
El término paella proviene del latín patella, que significa 'sartén'. En valenciano, la palabra se usa para referirse al recipiente de hierro de asas planas en el que se cocina el arroz. Por extensión, se comenzó a llamar así también al plato.

En cambio, paellera es un término mucho más reciente y coloquial, que se extendió en el castellano hablado para referirse al utensilio. Hoy, buena parte de España usa indistintamente ambos nombres, lo que genera la eterna discusión.
Los valencianos más puristas insisten: el recipiente es la paella, no la paellera. Para ellos, decir 'paellera' es casi un sacrilegio. Otros defienden que la lengua evoluciona y que ambos términos ya forman parte del habla cotidiana.
¿Qué dice la RAE?
La Real Academia Española recoge ambas palabras con las mismas dos acepciones principales:
- Plato de arroz seco, con carne, pescado, mariscos, legumbres, etc., característico de la región valenciana.
- Sartén ancha y poco honda en la que se cocina ese arroz.
Además, en el diccionario figura que paella y paellera son sinónimos.
Para la RAE da igual decir paella que paellera, ya que ambos términos sirven tanto para el plato como para el recipiente. Lo que alimenta el debate es la tradición valenciana, donde se defiende que el único nombre correcto para el utensilio es paella.
Más allá del nombre: un icono internacional
Mientras en España discutimos cómo llamarla, la paella sigue conquistando el mundo. En Nueva York, Londres o Tokio ya hay restaurantes especializados, y cada chef internacional se atreve con su propia versión: desde paellas de marisco con langosta hasta reinterpretaciones veganas con setas y verduras de temporada.
En plataformas de delivery también triunfa, con empresas dedicadas a llevar paellas recién hechas a domicilio o kits para cocinarla en casa. Y aunque los valencianos defienden la receta tradicional -pollo, conejo, judía verde, garrofó y azafrán-, el mundo parece tener sitio para todas las variantes.

El secreto mejor guardado: el socarrat
Más allá del nombre o de los ingredientes, hay un consenso universal: el alma de una buena paella está en el socarrat, esa capa de arroz ligeramente tostado que se adhiere al fondo de la sartén. Conseguirlo no es fácil y requiere práctica, buen control del fuego y paciencia.

En Valencia incluso hay concursos de paella donde los jueces valoran tanto el sabor como el socarrat. Para muchos, es el verdadero termómetro de un maestro arrocero.
Un plato que une y divide a la vez
El debate sobre si decir paella o paellera probablemente nunca se cierre. Lo que está claro es que, cada 20 de septiembre, este plato vuelve a congregar a miles de personas alrededor de la mesa. Y ahí está su magia: es cultura, identidad y la oportunidad de disfrutar de un sabor único que nos une.
Y si después de tanto debate te apetece pasar a la acción, aquí tienes dos propuestas para disfrutar en casa: la paella valenciana tradicional y la paella de conejo, dos recetas que nunca fallan cuando se trata de reunir a la familia alrededor de la mesa.