Las castañas que ves en la calle no son las mismas que las que se venden para asar

Guía de temporada

Descubre la diferencia entre castañas silvestres y comestibles

Aprende a distinguir entre castañas comestibles y silvestres
Aprende a distinguir entre castañas comestibles y silvestres

El capricho del otoño, y por qué no, también del invierno, son las castañas. Además de disfrutarlas como un tentempié, calientan las manos cuando aún están recién asadas. Seguro que alguna vez, al caminar por la ciudad, has visto castañas en el suelo. Cuidado, todas no son comestibles. Algunas pueden ser tóxicas. Descubre cómo distinguir las castañas silvestres de las comestibles.

Las castañas se dividen en dos grandes grupos: las comestibles y las no comestibles.

Las primeras proceden del género Castanea y son las que encontramos en los mercados o asadores callejeros. Dentro de ellas están la castaña europea (Castanea sativa), la china (Castanea mollissima) y la japonesa (Castanea crenata).

E España se cultivan distintas variedades de castaña, como la Pilonga o la Famosa
E España se cultivan distintas variedades de castaña, como la Pilonga o la Famosa

En España se cultivan distintas variedades, como la Pilonga, la Famosa, la Garrida o las autóctonas Negral, Injerta y María, cada una con matices en sabor y textura.

Las no comestibles, en cambio, pertenecen al castaño de Indias (Aesculus hippocastanum), una especie tóxica que se planta por su sombra y su porte en avenidas y jardines.

El parecido entre unas y otras es tan grande que muchos piensan que las castañas que cubren las aceras son las mismas que se asan en los cucuruchos de papel.

Lo cierto es que cada otoño se repite la confusión. Pero, siempre vale la pena recordar para evitar cualquier susto.

Las castañas que compramos en los puestos son las del castaño común, un árbol de la familia de las fagáceas, la misma que los robles y las hayas.

Cucurucho de castañas asadas, un clásico del otoño
Cucurucho de castañas asadas, un clásico del otoño

En cambio, las que caen de muchos árboles urbanos proceden del castaño de Indias, una especie que se introdujo en Europa en el siglo XVI y se extendió rápidamente por su frondosidad.

El fruto del castaño de Indias contiene esculina, una sustancia que puede provocar vómitos, dolor abdominal o intoxicaciones graves si se ingiere.

También resulta peligrosa para los animales, especialmente perros y caballos, que pueden enfermar si las comen.

Diferencias entre las castañas comestibles y la silvestre

Las castañas comestibles nacen dentro de un erizo cubierto de púas finas y apretadas, casi como agujas.

En su interior suele haber dos o tres frutos, planos por un lado y con una pequeña punta por el otro.

Su cáscara es marrón y brillante, con una base más clara.

Las castañas de Indias, en cambio, vienen envueltas en una cáscara verde con pinchos gruesos y separados.

Dentro, lo habitual es encontrar una sola castaña, redonda, lisa y muy dura, sin esa punta característica.

El fruto del castaño de Indias contiene esculina
El fruto del castaño de Indias contiene esculina

También ayudan las hojas. Las del castaño común son alargadas, dentadas, con un borde afilado.

Las del castaño de Indias son grandes, con cinco o siete lóbulos que nacen del mismo punto, como una mano abierta.

Y si te fijas en el calendario, los castaños de Indias florecen antes, en primavera, mientras que los castaños comunes dan fruto avanzado el otoño.

Aunque las castañas de Indias no son comestibles, de sus semillas, corteza y hojas se elaboran medicinas naturales que se aplican por vía externa y se valoran por sus propiedades circulatorias.

Así que, la próxima vez que salgas a pasear y veas una castaña en el suelo, obsérvala bien antes de pensar en comerla. Ya sea para preparar un arroz con leche y castañas, o simplemente para hacer castañas asadas en casa.

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