¿Pelar las uvas o comerlas enteras? Lo que la piel contiene y pocos saben

Nutrición

Aunque algunas personas prefieren pelarlas por textura, hacerlo reduce su aporte de fibra y polifenoles

La piel de la uva contiene resveratrol, un antioxidante asociado con la longevidad y la salud del corazón
La piel de la uva contiene resveratrol, un antioxidante asociado con la longevidad y la salud del corazón

¿Pelar las uvas o comerlas enteras? Ese es el dilema de muchos. Su piel, aunque ligera y a menudo desechada, concentra gran parte de los nutrientes y antioxidantes de la fruta. Pero ojo, no siempre conviene comerla tal cual, hay casos en los que retirarla puede ser recomendable.

Las uvas forman parte de nuestra cultura, especialmente en la Nochevieja, cuando doce de ellas marcan el inicio del nuevo año.

Más allá de esa tradición festiva, este fruto es una fuente de vitaminas, antioxidantes y minerales que, si se consumen enteros, nos aportan mucho más de lo que imaginamos.

Se clasifican en dos grandes grupos: las uvas blancas y las uvas tintas
Se clasifican en dos grandes grupos: las uvas blancas y las uvas tintas

La uva es el fruto de la vid, una planta cultivada desde hace miles de años. Es la materia prima del vino, pero también se consume fresca, en zumos o como pasa.

Existen dos grandes grupos: las uvas blancas y las uvas tintas. Dentro de cada uno encontramos decenas de variedades, con matices en sabor, tamaño y textura.

En el ámbito vinícola nombres como tempranillo, Cabernet Sauvignon o Chardonnay son conocidos en todo el mundo, pero en la mesa las más comunes son las uvas de mesa sin semillas (o con semillas) y con piel más fina, pensadas para el consumo directo.

Beneficios de la uva y de su piel

Son ricas en nutrientes

Las uvas destacan por su gran aporte nutricional. Un puñado aporta unas 69 calorías, lo que las convierte en una opción ligera y saludable.

En una taza encontrarás aproximadamente 16 gramos de carbohidratos, 1 gramo de fibra, muy poca grasa y una pequeña cantidad de proteína vegetal.

Son especialmente valiosas por su contenido en vitaminas C y K: un puñado puede cubrir cerca del 28% de las necesidades diarias de vitamina K y un 27% de vitamina C.

Las uvas son ricas en nutrientes
Las uvas son ricas en nutrientes

También contienen vitaminas del grupo B, como riboflavina, tiamina y B6, esenciales para el buen funcionamiento del organismo.

Cuida tu salud cardiovascular

Las uvas son aliadas del corazón. Gracias a su contenido en antioxidantes, ayudan a proteger el sistema cardiovascular frente al daño oxidativo, lo que reduce el riesgo de enfermedades coronarias o accidentes cerebrovasculares.

Además, aportan potasio, un mineral con efecto vasodilatador que favorece la relajación de los vasos sanguíneos y contribuye a mantener la presión arterial en niveles adecuados.

También influyen positivamente en la regulación del colesterol, reforzando aún más la salud del corazón.

Ricas en antioxidantes

La piel de la uva es una fuente concentrada de antioxidantes, entre ellos el resveratrol, conocido por sus propiedades protectoras del corazón y su vínculo con un envejecimiento más saludable.

La piel de la uva es una fuente de antioxidantes
La piel de la uva es una fuente de antioxidantes

Estos compuestos ayudan a neutralizar los radicales libres, responsables del daño oxidativo que aumenta el riesgo de enfermedades crónicas.

Además del resveratrol, las uvas contienen luteína, betacarotenos, quercetina, ácido gálico, licopeno y vitamina C, una combinación que convierte a esta fruta en un verdadero escudo frente al estrés oxidativo.

Cuándo conviene pelarlas

Hay situaciones en las que pelar las uvas es recomendable. En niños pequeños, que pueden atragantarse fácilmente, lo aconsejable es ofrecerlas sin piel, partidas por la mitad y sin semillas.

Lo mismo sucede con personas mayores o con problemas de masticación, que pueden tener dificultades para digerir la piel.

Recetas y formas de incluir uvas en la dieta

Las uvas no solo se comen solas. Son un ingrediente fresco y versátil que se presta a numerosas recetas.

En ensaladas aportan un contraste dulce que combina bien con quesos curados, frutos secos y hojas verdes.

En platos calientes, como guisos de ave o cerdo, las uvas caramelizadas dan un punto de acidez y dulzor muy atractivo.

También se usan en repostería, desde tartas como el pastel de uva, hasta bizcochos suaves y esponjosos, como el clafoutis de uvas, e incluso en gelatinas.

Y en la cocina mediterránea son protagonistas de platos como el ajo blanco, donde se sirven frescas junto a la sopa fría de almendras.

Un puñado de uvas también puede acompañar desayunos o meriendas, junto con yogur y copos de avena.

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