Tres mieles que saben a paisaje conquistan el podio de 2025
Un país de colmenas
Algarrobo, tomillo y castaño brillan en la cata nacional Mieladictos celebrada en Riello, León
Densa, dorada, con reflejos de ámbar. La miel guarda en su interior la historia de un paisaje.
Las hay de aguacate, de diente de león, de madroño o de castaño, tan diferentes como los campos donde nacen. La guía de mieles de Mieladictos lo demuestra con decenas de variedades que recorren la geografía dulce de la Península.
Ese universo de sabores es el que explora cada año Mieladictos, el certamen que premia las mejores mieles monoflorales de la Península.
En su edición de 2025, celebrada en la montaña leonesa, un jurado de seis expertos eligió tres que brillaron por encima de todas: una de algarrobo mallorquina, una de tomillo sevillana y una de castaño berciana.
Oro de algarrobo, alma mallorquina
La miel ganadora procede de Santa María del Camí (Mallorca) y lleva el nombre de Mel Sa Font. Elaborada a partir de la floración del algarrobo, es una miel oscura y densa, con matices tostados y un aroma profundo. Su equilibrio entre dulzor y notas amargas la convierte en una rareza dentro del panorama apícola nacional.
El algarrobo, un árbol resistente y típicamente mediterráneo, florece de forma breve y concentrada, lo que explica la escasez de esta miel y su valor. El primer premio de Mieladictos 2025 reconoce el trabajo minucioso que hay detrás de cada cosecha en un entorno donde el clima marca el ritmo.
Plata de tomillo, perfume andaluz
El segundo puesto fue para El Pájaro de la Miel, una producción de la Sierra del Moralejo (Sevilla) elaborada a partir del néctar de tomillo. De color ámbar y aroma floral con ligeros toques balsámicos, su sabor es persistente y equilibrado.
Esta miel representa la esencia del monte andaluz, donde el tomillo tapiza los suelos y regala un perfume inconfundible. Es una de las más versátiles en cocina: perfecta para infusiones, marinados o platos de caza suave. Su reconocimiento confirma el nivel de una apicultura que combina tradición y biodiversidad.
Bronce de castaño, orgullo del Bierzo
El tercer puesto del podio fue para Labejazul, una miel de castaño producida en El Bierzo (León). De tono rojizo oscuro y cristalización lenta, destaca por su sabor intenso, con matices a madera y frutos secos.
Procede de colmenares ubicados en zonas de montaña rodeadas de castaños centenarios, un entorno donde la floración aporta un néctar rico y aromático. Su textura y carácter reflejan fielmente el paisaje berciano, un territorio donde la apicultura se entiende como parte del equilibrio natural. El premio obtenido en Riello consolida a Labejazul entre las mieles más apreciadas del país.
Además de su sabor intenso y su color oscuro, Labejazul destaca por su forma de trabajar. La explotación berciana apuesta por una apicultura ecológica en la que las colmenas se tratan solo con productos naturales y las abejas elaboran su propia cera.
Este método evita la presencia de residuos químicos en el panal y garantiza una miel completamente limpia y natural, apta incluso para consumir directamente con la cera.
Un certamen con sabor a territorio
La edición de Mieladictos 2025, celebrada en el municipio leonés de Riello, dentro de la Reserva de la Biosfera de Omaña y Luna, reunió a apicultores de toda España. El jurado, formado por especialistas en análisis sensorial, valoró color, textura, pureza y equilibrio aromático.
El objetivo del certamen es reconocer la calidad real de las mieles monoflorales y reivindicar el valor del trabajo artesanal frente a las producciones industriales. Esta edición deja un mensaje claro: la mejor miel nace allí donde el territorio se respeta y las abejas marcan el calendario.
Cómo disfrutar las mieles ganadoras
Cada una de las tres premiadas tiene su propio carácter:
- Mel Sa Font (algarrobo): ideal con quesos curados o pan de masa madre que se apoyan en esas notas amargas y tostadas, equilibrando su densidad. Es el tipo de combinación recomendada por catadores cuando se busca resaltar mieles oscuras o con matices a madera.
- El Pájaro de la Miel (tomillo): perfecta para aliños templados como en esta crema de coliflor con buñuelos y vinagreta de miel, infusiones o carnes blancas como el pollo a la miel en olla exprés.
- Labejazul (castaño): exquisita con yogur natural, quesos semicurados o postres con frutos secos como esta receta de cuajada con miel y nueces.
Todas comparten una misma filosofía: mieles puras, sin mezclas, sin tratamientos térmicos y elaboradas con respeto por el entorno.