Chorizo a la sidra: la historia de una receta con sabor 100 % asturiano

Tradición gastronómica

Del chigre a tu cocina: así nació una de las recetas más queridas del Principado

Un clásico de la cocina asturiana: chorizo a la sidra listo para mojar con pan.
Un clásico de la cocina asturiana: chorizo a la sidra listo para mojar con pan.

En Asturias hay dos productos que forman parte del paisaje cotidiano: el chorizo casero y la sidra natural. Y cuando se combinan, el resultado es uno de los bocados más emblemáticos del Principado: el chorizo a la sidra.

Servido bien caliente, en cazuela de barro y acompañado de pan , este plato no solo seduce por su sabor. También encierra una historia de tradición, aprovechamiento y saber hacer. Si alguna vez lo has probado en una sidrería, ya sabes de lo que hablamos. Y si no, te contamos por qué deberías hacerlo.

Sidra natural: más que una bebida

La sidra no es solo un ingrediente: es el alma líquida de Asturias. Se elabora de forma artesanal con manzanas autóctonas y sin burbujas añadidas. Su sabor ligeramente ácido y su escanciado tan característico forman parte del ritual gastronómico del norte.

Desde hace siglos, los asturianos han producido sidra en sus llagares, la han bebido en fiestas, y también la han incorporado a su cocina cotidiana. No es casual que recetas como la merluza a la sidra o el chorizo a la sidra hayan surgido de esa convivencia entre producto local y costumbre.

Asturias es, de hecho, la gran productora de sidra natural en España: más del 80 % del total nacional y más de 40 millones de litros al año. Su importancia cultural es tal que, en el año 2024, la UNESCO declaró oficialmente la cultura sidrera asturiana Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Un reconocimiento que confirma lo que en Asturias ya se sabía: la sidra no se bebe, se vive.

Símbolo de identidad asturiana: la sidra natural, reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial.
Símbolo de identidad asturiana: la sidra natural, reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial.

El chorizo, embutido con pedigrí

En Asturias, el chorizo no es solo un ingrediente: es parte del paisaje gastronómico. Cada casa tenía su receta, sus tiempos de curación, su toque de pimentón y su forma de ahumar. Para el chorizo a la sidra, el que se ha usado siempre es el chorizo fresco o semicurado, ese que aún conserva la textura jugosa y se presta a cocerse lentamente sin resecarse.

Nada de embutidos curados tipo ibérico ni chorizos para cortar en lonchas: el auténtico chorizo para sidra es corto, blando, ligeramente ahumado y lleno de sabor. Se elabora con pimentón, ajo y un punto justo de grasa que, al cocerse, se funde con la sidra y crea esa salsa irresistible que invita a mojar pan sin pensarlo dos veces.

Quien ha probado uno de estos chorizos cocidos en sidra natural, sabe que no hay vuelta atrás. Porque aquí, como en tantas recetas tradicionales, la calidad del producto lo es todo.

Una receta con historia

Aunque no hay una fecha exacta de nacimiento, las primeras menciones escritas del chorizo a la sidra aparecen en recetarios asturianos de mediados del siglo XX, cuando se hablaba de 'guisar chorizos en sidra' como forma de cocinar embutido fresco con lo que había en casa. Era, en esencia, una receta de aprovechamiento que con el tiempo se transformó en un plato estrella de la gastronomía local.

Chorizo a la sidra servido sobre pan crujiente, una forma popular de disfrutarlo en tapas.
Chorizo a la sidra servido sobre pan crujiente, una forma popular de disfrutarlo en tapas. | Hogarmanía

Así se hace según la tradición

No tiene complicación: se pinchan los chorizos, se colocan en una cazuela, se cubren con sidra natural y se cuecen a fuego medio unos 20-30 minutos. El embutido se cocina lentamente y va absorbiendo los aromas de la sidra, que también se reduce hasta convertirse en una salsa deliciosa.

Si quieres prepararlo en casa paso a paso, puedes seguir esta receta de chorizo a la sidra, con todos los detalles para que te quede como en una auténtica sidrería asturiana.

Un clásico asturiano que nunca falla

Lo que empezó como un plato de subsistencia en las cocinas rurales es hoy una de las tapas más pedidas en bares y restaurantes. No solo en Asturias, sino en toda España.

Su éxito radica en la sencillez, en el sabor que engancha y en su capacidad para representar una cultura: la del producto local, la cocina lenta y el disfrute compartido. Porque sí, el chorizo a la sidra también es una excusa para brindar con un culín bien escanciado y disfrutar del verano entre amigos, al aire libre y con sabor a tradición.

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