Alioli: origen, curiosidades y cómo hacerlo fácil en casa
Salsas tradicionales
Del mortero tradicional a la batidora, el arte de preparar el auténtico alioli

Una salsa mediterránea con mucha historia
El alioli es mucho más que una simple salsa: es un símbolo de la cocina mediterránea, presente en comidas familiares, barbacoas veraniegas y celebraciones tradicionales. Su nombre viene del catalán 'all i oli', que significa literalmente ajo y aceite, los dos ingredientes básicos de esta receta tan antigua como auténtica.
En la cuenca mediterránea, el alioli se considera casi patrimonio cultural. Se encuentra en Cataluña, la Comunidad Valenciana y Baleares, pero también tiene una famosa versión en la Provenza francesa conocida como aïoli. A lo largo de los siglos, ha sido la salsa favorita para acompañar pescados, mariscos, carnes y arroces como el clásico arroz a banda.
Se menciona en recetarios medievales y se considera una de las emulsiones frías más antiguas de Europa, elaborada con paciencia y técnica para ligar el ajo y el aceite sin más ayuda que un mortero y mucha paciencia.

La receta tradicional: ajo, aceite y mucha maña
El alioli original es sorprendentemente simple en ingredientes, pero requiere verdadera destreza. Se elabora únicamente con ajo y aceite de oliva, nada más. No hay huevo, ni leche, ni batidora: solo la fuerza y la paciencia de quien lo trabaja en mortero.
El secreto está en la técnica: se pelan los dientes de ajo, se machacan bien en el mortero con una pizca de sal hasta formar una pasta muy fina y homogénea. Esa primera fase es crucial ya que cuanto más suave quede el ajo, más fácil será ligar la salsa.
Luego comienza la parte más delicada: añadir el aceite de oliva virgen extra poco a poco, casi gota a gota, mientras se remueve siempre en el mismo sentido. Es un movimiento continuo y constante que permite que el aceite se emulsione con el jugo del ajo, formando una crema densa y brillante.
Aquí no hay atajos: si se añade el aceite demasiado rápido, la emulsión se rompe y la salsa se corta. Por eso el mortero tradicional exige tiempo, paciencia y práctica.

El resultado es un alioli con un sabor intenso y profundo a ajo, una textura firme y un carácter rotundo. Es mucho más potente que la versión moderna con huevo, y para muchos en esa fuerza reside, precisamente, su encanto.
Otra curiosidad importante: al no llevar huevo ni lácteos, el aliolí tradicional es apto para veganos y se considera una de las emulsiones más antiguas de la cocina mediterránea. En las casas donde se mantiene la receta original hacer alioli suele ser un pequeño orgullo familiar, un arte que pasa de generación en generación.
Aunque hoy no es la forma más habitual de prepararlo en casa (por su dificultad y su sabor fuerte), sigue siendo la versión más genuina. Para quien se anime a hacerlo, es toda una experiencia de cocina lenta, artesanal y muy gratificante.

La receta casera que no falla: fácil, rápida y deliciosa
Hoy en día, la mayor parte de la gente prefiere hacer alioli con batidora. ¿El truco? Añadir huevo o leche para crear una emulsión más estable y cremosa, que se liga en un minuto y resulta mucho más suave de sabor.
Esta versión, muy parecida a una mayonesa con ajo, es la que solemos encontrar en bares y casas. Es ideal para quienes buscan un alioli que no se corte nunca y que guste a todos.
Si quieres un resultado seguro y delicioso aquí tienes la receta de alioli casero con huevo. Solo necesitas ajo, huevo, aceite, sal y un chorrito de vinagre. Con la batidora, se hace en segundos.

Consejos para un aliolí perfecto (sea cual sea tu estilo)
Si quieres hacerlo a mano como se ha hecho siempre, paciencia es la clave. Ajo bien machacado, aceite de oliva añadido poco a poco y movimiento constante.
Si prefieres la batidora, asegúrate de usar ingredientes a temperatura ambiente. Coloca la batidora al fondo del vaso, empieza con huevo, ajo y aceite, y bate sin moverla hasta que emulsione. Solo después puedes levantarla despacio.
¿Se te cortó? No pasa nada: empieza de nuevo con un nuevo huevo y añade la mezcla cortada en hilo fino, se recupera casi siempre.
En el caso de la versión tradicional, se puede recuperar empezando de nuevo con ajo fresco en el mortero y añadiendo la mezcla cortada poco a poco para que emulsione de nuevo.
Ahora que ya conoces sus secretos, anímate a preparar tu propio aliolí en casa. Elige la versión que más te guste y dale a tus platos ese toque casero y tan mediterráneo.