Jabón casero ecológico y muy-muy económico
Tradición artesanal
Aprende paso a paso la receta y su historia

Recuperando tradiciones con conciencia y naturalidad
¿Te has planteado alguna vez hacer tu propio jabón casero? Puede parecer una costumbre del pasado, pero lo cierto es que cada vez más personas estamos volviendo a esas prácticas que nuestras abuelas conocían bien. No solo por nostalgia, sino porque tienen sentido: son económicas, ecológicas y mucho más naturales que muchas de las opciones industriales que encontramos hoy en el supermercado.
Preparar jabón en casa no es complicado, y los beneficios son muchos. No solo estás cuidando tu piel y tu bolsillo, sino también el planeta.
Un poco de historia... con aroma a tradición
La historia del jabón se remonta a tiempos antiguos. Se dice que su nombre proviene del Monte Sapo, en las cercanías de Roma, donde se realizaban sacrificios animales. La leyenda cuenta que, al llover, las grasas derretidas y las cenizas de las maderas utilizadas bajaban por la ladera hasta el río Tíber, donde se formaba una mezcla jabonosa que, para sorpresa de los lugareños, resultaba perfecta para lavar la ropa.
Durante siglos, el jabón fue algo que se elaboraba en casa. No existían supermercados, ni detergentes perfumados, ni envases. Solo se necesitaban unos pocos ingredientes básicos, algo de paciencia y muchas ganas de aprovechar al máximo lo que se tenía. Era una costumbre sencilla y sabia, que vale la pena recuperar.
Volver a lo natural
Hoy en día, cuando estamos rodeados de productos cargados de químicos, colorantes artificiales y fragancias sintéticas, hacer nuestro propio jabón nos permite volver a lo natural. Los jabones caseros, elaborados con ingredientes sencillos como aceites vegetales, vinagre, bicarbonato o sal, resultan mucho más respetuosos con la piel y con el medioambiente.
Además, no generan residuos innecesarios. En lugar de seguir acumulando envases de plástico, puedes reutilizar botellas y frascos vacíos para envasar tu jabón casero. Así, al mismo tiempo que cuidas tu casa, estás haciendo un pequeño gesto por el planeta.
¿Por qué hacerlo en casa?
Más allá del componente ecológico, hacer jabón en casa también supone un ahorro notable. Los productos de limpieza no son precisamente baratos, y si miras el precio por litro, verás que crear tu propio jabón casero puede salir por unos 50 céntimos.
Además, puedes personalizarlo según tus gustos: con unas gotas de aceites esenciales le das un aroma suave y agradable; puedes ajustar su consistencia, y elegir qué ingredientes utilizar en función de tus necesidades o sensibilidad.
Y no olvidemos el componente emocional: hacer jabón con tus propias manos es una tarea sencilla, casi meditativa, que te conecta con una forma de vida más consciente y con las costumbres de quienes nos precedieron.
Cómo lo hago yo

No necesitas herramientas sofisticadas ni ingredientes difíciles de conseguir. Lo más importante es tener ganas y un ratito libre.
Ingredientes y materiales:
- 1 pastilla de jabón natural, o jabón en escamas. Las marcas: Chimbo, lagarto, jabón de Marsella… son muy conocidas.
- 2 litros de agua para empezar, y otros 2 más que se añadirán después.
- 1 vaso de vinagre de limpieza.
- 1 vaso de bicarbonato sódico.
- 4 cucharadas de sal común.
- (Opcional) 4 cucharadas de lavavajillas para mejorar la espuma.
- (Opcional) 10 gotas de aceite esencial (lavanda, limón, árbol del té…).
- Una cazuela grande, cucharón de madera, batidora y un embudo.
- Envases vacíos para reutilizar y conservar el jabón.
Paso a paso:
Calienta dos litros de agua en una cazuela grande, sin llegar a hervir. Añade poco a poco el jabón rallado o cortado en trozos pequeños(cubitos), y remueve suavemente hasta que se disuelva completamente. Si lo prefieres, puedes comprar jabón natural en escamas.
Después, incorpora el bicarbonato poco a poco. Hazlo con cuidado, ya que puede generar algo de efervescencia. Luego, añade el vinagre suavemente, también de forma gradual, para evitar que suba demasiado la espuma.
Agrega la sal y, si te apetece, el lavavajillas (esto no es obligatorio, pero ayuda a conseguir una textura más jabonosa). Remueve bien y deja reposar un par de horas.

Cuando la mezcla se haya templado, pásala por la batidora para que quede bien integrada. Verás que al principio queda bastante espesa, así que es el momento de añadir el resto del agua —uno o dos litros más, según la textura que prefieras— y volver a batir.
Una vez lista, espera a que se enfríe del todo y utiliza el embudo para rellenar los envases vacíos que tengas por casa. Botellas de detergente, frascos grandes de vidrio, o incluso jarras de plástico reutilizadas.

Un jabón multiusos
Este jabón casero es perfecto para lavar la ropa, ya sea blanca o de color. También va de maravilla para fregar suelos, limpiar superficies o usar en tareas domésticas en general. Si añades unas gotas de aceite esencial, el aroma será suave y natural —muy lejos de los olores químicos que suelen tener los productos industriales.
Y lo mejor de todo: sabrás exactamente qué estás usando. Sin tóxicos, sin ingredientes misteriosos, sin envases que acaban como nuevos en la basura.

Conclusión: más que limpieza, una filosofía de vida
Volver a hacer nuestro propio jabón es, en realidad, recuperar una tradición llena de sentido común. Es aprovechar lo que tenemos, reducir residuos, ahorrar en la economía del hogar y, al mismo tiempo, ofrecer a nuestra familia una opción más natural y respetuosa.
No necesitas experiencia previa, ni grandes conocimientos de química. Solo un rato tranquilo, unas ganas de probar algo nuevo (aunque sea antiguo), y la satisfacción de hacer las cosas por ti misma. Ah! Y de regalo, te llevarás un ambiente lleno de un aroma maravilloso en tu casa que dura bastante tiempo.
Así que te animo a probarlo. Ya verás como, después de la primera vez, ¡no será la última!