7 consejos para evitar el estrés en los gatos durante las visitas al veterinario

¿Tu gato se estresa cuando le llevas al veterinario? Entender por qué reacciona así y aprender cómo calmarle es muy importante para ayudar a que esta experiencia no se convierta en algo negativo. Ante todo, paciencia y mucha calma.
¿Cómo calmar a un gato estresado o ansioso en el veterinario?
Si te estás preguntando cómo calmar a un gato estresado o con ansiedad seguramente es porque ya has pasado por más de una visita complicada al veterinario en compañía de tu amigo peludo. Descuida, no eres el único: para muchos gatos y dueños el momento de visitar al veterinario es uno de los más temidos y angustiosos.
Hay personas (puede que tú seas una de ellas) que prefieren saltarse las revisiones periódicas para evitar todas las molestias (y quizás un mordisco o unos arañazos) que suelen implicar. Y es que incluso el gato más relajado y cariñoso puede cambiar completamente de carácter en estas situaciones.
¿A qué se debe esto? ¿Por qué los gatos llevan tan mal las visitas al veterinario? ¿Hay alguna forma de solucionar o al menos minimizar este problema? En este artículo vamos a responder a todas estas preguntas, así que te recomendamos que sigas leyendo.

Una situación estresante puede hacer que el gato muerda o arañe, pero puedes ayudarle a corregirlo.
¿Por qué a los gatos se estresan tanto en las visitas al veterinario?
Antes de hablar de cómo calmar a un gato, lo primero que debemos entender es de dónde surge esa ansiedad. Y es que, como nos preguntábamos líneas arriba, ¿por qué a los gatos les afectan tanto las visitas al veterinario?
Los felinos son animales de costumbres, de eso no cabe duda. Viven totalmente apegados a su territorio habitual y a los objetos, personas y olores que conocen. La mayor parte de los felinos domésticos, de hecho, nunca salen de casa. Y dentro de ella se mueven a su antojo, normalmente mucho más que los perros.
Así, para muchos gatos la visita al veterinario supone una experiencia abrumadora. Se ven súbitamente arrancados de su ambiente, sometidos a una enorme cantidad de estímulos extraños y desconocidos, rodeados de otros animales en una sala de espera, manipulados por personas nuevas, etc. Son claros factores potenciales de estrés para un gato y durante la visita al veterinario se dan todos al mismo tiempo.
Viéndolo desde la perspectiva de un gato, quizás la pregunta debería ser: ¿cómo podrían las visitas al veterinario no ser estresantes?
Es importante tener todo esto presente porque es la clave para entender que en situaciones así de nada sirven los enfados y la frustración. Gritarle a tu gato o castigarle no solo no aportará nada positivo, sino que podría empeorar su comportamiento: se estresará aún más, sufrirá y su vínculo contigo se debilitará.
En resumen, que un gato se ponga nervioso durante sus visitas al veterinario es natural, ya que, aunque no nos lo parezca, es una situación en la que le estamos pidiendo mucho. Así pues, es fundamental que mantengas la calma y le trates y hables con cariño y suavidad en todo momento.

Acudir a la consulta veterinaria con otros animales desconocidos puede resultar muy estresante para el gato.
7 consejos clave para vuestras visitas al veterinario
No existe ninguna solución directa que vaya a reducir la ansiedad de tu gato de la noche a la mañana, pero estos 7 consejos (y mucha, mucha paciencia) podrían ayudarte a que las futuras visitas al veterinario no sean tan traumáticas:
1. Utiliza un transportín
Para llevar a tu gato al veterinario de forma cómoda y segura para ambos lo más recomendable es utilizar un transportín para gatos. Si ya tienes transportín y tú peludo lo asocia a las visitas al veterinario, podría ser buena idea comprar uno nuevo con un diseño diferente y trabajar para que tu gato lo asocie a estímulos positivos. Para lograr esto, prueba a dejarlo por la casa, abierto y cerrado, en diferentes habitaciones y momentos del día, mete dentro golosinas para gatos para que se acerque y lo explore, se familiarice con él y lo aprecie. También puedes realizar viajes cortos de prueba que empiecen y terminen en casa.

2. No le des comida a tu gato en las horas previas
Para evitar accidentes y una mayor incomodidad para todos, es mejor que no alimentes a tu gato durante aproximadamente 5-6 horas antes de la visita al veterinario, siempre y cuando este no te indique otra cosa. Así reducirás el riesgo de mareos en el coche, vómitos, etc.
3. Utiliza el refuerzo positivo
Ármate con los snacks favoritos de tu gato y recurre a ellos generosamente durante toda la excursión al veterinario: al meterlo en el transportín, durante el viaje en el coche, en la sala de espera, al sacarlo, etc. Si tu gato tiene una toalla o manta favorita (que tendrá un intenso olor familiar), métela con él en el transportín. Y recuerda hablarle en todo momento con voz suave y calmada.
4. Recurre a las feromonas para gatos
Las feromonas son compuestos sintéticos similares a los que producen los gatos de forma natural y que resultan muy útiles para tranquilizarlos en situaciones complicadas. No cambiarán radicalmente el comportamiento del gato, pero pueden contribuir a suavizar su ansiedad en momentos difíciles como las visitas al veterinario. Además, no tienen ningún tipo de efecto adverso. Si tienes dudas sobre cómo utilizarlas, pídele consejo a tu veterinario.
5. Adminístrale un tranquilizante ligero
Para los gatos más nerviosos o asustadizos, un tranquilizante ligero puede ser de mucha ayuda. Recuerda, eso sí, que nunca debes medicar a tu gato por tu cuenta, y mucho menos con medicamentos para humanos. Si crees que un tranquilizante podría serte de ayuda debes hablarlo con el veterinario.
6. Acostumbra a tu gato a ser manipulado
Para que tu gato no sufra tanto con el examen del veterinario, es aconsejable que le acostumbres a ser manipulado por una persona, hasta donde sea posible. Con suavidad y muy poco a poco, en sesiones cortas, prueba a realizar en casa maniobras como darle la vuelta, levantarle las patas, examinar sus oídos, ojos y boca, etc. Sé muy cuidadoso, permanece atento a cualquier señal de incomodidad que emita y acompaña estas sesiones de, una vez más, abundantes refuerzos positivos (chucherías, caricias, etc.).
7. Acude a un etólogo felino
Si nada de lo anterior funciona, no sabes bien cómo aplicar estas recomendaciones o el de tu gato es un caso especialmente complejo, te sugerimos que le pidas consejo a un experto en comportamiento felino.

Los snakcs para gatos pueden usarse como refuerzo positivo en las visitas al veterinario
¿Se puede acostumbrar al gato a calmarse en las visitas a veterinario?
Todos estos consejos sobre cómo calmar la ansiedad de un gato en el veterinario pueden serte de mucha ayuda, pero no son infalibles. Cada gato tiene su propio carácter y en ocasiones es difícil cambiar las reacciones del animal por mucho que lo intentemos.
En general, cuanto mayor sea un gato y más ansiedad sufra, más complicado será lograr que las visitas al veterinario dejen de ser traumáticas. Te recomendamos, en cualquier caso, que intentes todo lo que esté en tu mano y, como te decíamos en el apartado anterior, nunca dudes en recurrir a expertos en comportamiento felino o al propio veterinario si ves que es necesario.
Como ya imaginarás, la socialización, la educación y las experiencias previas tienen una gran importancia y definen en gran medida cómo un gato reacciona ante situaciones como esta. Por ello, es muy importante acostumbrar al felino desde que es pequeño no solo a las visitas al veterinario, sino también a estar con otras personas y animales, a usar un transportín, etc.
Por último, aprovechamos para recordarte de nuevo que si tú mismo no consigues mantener la calma durante los episodios de estrés de tu gato, difícilmente lo hará él. Las mascotas reflejan nuestra propia actitud, así que mostrarse tranquilo y confiado es el primer paso para solucionar cualquier problema de conducta o situación difícil.

Acostúmbrale desde cachorro al veterinario y acompáñale con calma y cariño.