Es fácil que en algún momento de nuestra vida, las personas pasemos por una mala época y nos sintamos tristes, depresivos, estresados o con ansiedad. Estas situaciones suelen ser dolorosas e infelices, pero todo tiene solución, y existes varias recomendaciones para no caer en estos amargos baches.
Pero, ¿es posible que nuestras mascotas también estén tristes y entren en depresión? Esto depende de lo que les transmitamos nosotros. Por ejemplo, si nos mostramos tristes con el fallecimiento de un ser querido, ellos lo notarán y necesitarán que les ayudes a superar esa pena.

En algunos casos, existe la posibilidad de recetar antidepresivos caninos o ansiolíticos para perros con el objetivo de conseguir que se tranquilice. ¿Es bueno? El adiestrador canino, Borja Capponi, nos lo cuenta en detalle. Pero primero, vamos a conocer cual es el concepto de los ansiolíticos.
¿Qué es un ansiolítico canino?
Los ansiolíticos para perros son medicamentos indicados para reducir los síntomas de la ansiedad presentados con miedo, incomodidad, tensión o tirantez muscular. A diferencia de los antidepresivos para perros que actúan sobre los neurotransmisores cerebrales para combatir la depresión, los ansiolíticos actúan sobre el sistema nervioso, bloqueando la acción de ciertas sustancias químicas del sistema nervioso.

Ahora bien, aunque son remedios químicos recetados por veterinarios para intentar mejorar los estados de ánimo de los perros, Capponi respalda que son totalmente contraproducentes para ellos. Y nos explica la razón.
Cómo afectan los ansiolíticos a los perros
¿Qué le sucede al perro cuando toma ansiolíticos? Borja Capponi hace hincapié a dos tipos de perros para saber cómo les afectan estos medicamentos a cada uno:
Cómo afectan los ansiolíticos a perros inseguros
Por un lado, los perros inseguros. Como su nombre indica, son perros con miedos que se pueden estresar fácilmente con situaciones o ambientes que consideran terroríficos. Si a este perro le damos ansiolíticos, su cuerpo tenderá a autorelajarse de manera artificial y cada vez se sentirá más relajado y débil.
Y ¿qué sucede si el perro se relaja sin quererlo? Básicamente se notará más inseguro y vulnerable por no poder reaccionar frente a las acciones, es decir, se sentirá incapacitado porque en caso de agresión no se podrá defender y notará que peligra su vida. De esta manera, lo único que conseguiremos es el que medicamento cree el efecto contrario.

Cómo afectan los ansiolíticos a perros que tienden a morder
Y por otro lado, los perros que muerden sin motivo, más conocidos como perros reactivos. Estos perros reaccionan de esta manera porque han comprobado que es un recurso fácil para tener todo lo que quieren. Capponi nos cuenta que sucede lo mismo con los niños malcriados, pero en el caso de los perros que muerden, sus colmillos nos pueden hacer mucho daño.
Si les damos ansiolíticos a los perros reactivos, éstos se sentirán vulnerables y atacarán el doble por sentir que no controlan su cuerpo y estarán inseguros frente a cualquier agresión.
En conclusión, con los ansiolíticos multiplicaremos el miedo de nuestro perro y le haremos sentirse más inseguro e indefenso por no poder reaccionar. Es muy fácil reconocerle si se siente así porque se les suele abrir mucho las pupilas, según nos argumenta el adiestrador.
Además, en el vídeo nos enseña un claro ejemplo de su mascota Rocki, un perro que mordía muchísimo por no haber tenido reglas y límites desde pequeño, pero que ha conseguido quitarle las inseguridades y los miedos con sus consejos. Os recordamos la importancia de saber todos los aspectos a tener en cuenta antes de adoptar un perro. ¡Nos evitará futuros problemas!

Efectos que producen los ansiolíticos en perros
Los ansiolíticos en perros inseguros provocan que sus miedos se multipliquen y se sientan vulnerables por no entender qué sucede en el interior de su organismo. Por otro lado, los ansiolíticos en perros que muerden provocan una desestructuración del orden jerárquico en el que responderán con dobles ataques y agresividad.

Algo que destaca en los perros que toman ansiolíticos es que suelen estar nerviosos, histéricos, asustados e incluso, agudizan más su oído por sentirse vulnerables. Además, según nos argumenta el adiestrador, estos perros medicados suelen mostrar unas pupilas más abiertas y dilatadas porque al estar en alerta constante, necesitan ampliar el campo de visión.
Cómo tranquilizar un perro sin recurrir a los ansiolíticos
Las personas tenemos un papel fundamental a la hora de tranquilizar y calmar a un perro. Capponi insiste en que debemos aprender a gestionar los impulsos del perro para que vea que los humanos tomamos la iniciativa y ellos se pueden relajar automáticamente y sentirse seguros a nuestro lado.
Es importante porque si la iniciativa la tiene el perro, surgirán los temibles problemas de comportamiento que tanto queremos evitar. Para ello, lo primero que debemos hacer es entender por qué el perro tiene miedo y qué tipo de humano es su dueño, es decir, cómo le trata y cómo le ha transmitido el liderazgo protector que se debe evitar. Lo relevante es conseguir que el perro no tenga responsabilidades ya que todos los animales que viven en manada necesitan sentirse seguros con el líder protector y éste no debe ser él en nuestra casa. Capponi nos argumenta que al fin y al cabo es esto lo que se enseña en la escuela de adiestramiento.

El adiestrador nos recalca que los perros inseguros, siempre va a tener inseguridad porque su genotipo de carácter es así. No obstante, cuando el dueño entiende bien la mente de su perro (cómo piensan), entiende el lenguaje corporal, sabe comunicarse con él y aprende a transmitirle la máxima tranquilidad posible, conseguirá que su perro se relaje sin necesidad de acudir a medicamentos. Nuestras mascotas pueden verse influenciadas por nuestros estados de ánimo, tal y como explicamos en el apartado de capacidad de percepción del artículo "cómo nos ven los perros". Esto supone que debemos mostrarnos siempre tranquilos y calmados para que él lo reciba igual.
Tal y como nos argumenta Capponi, el perro necesita vernos determinantes y seguros, sin angustias ni estrés. Por tanto, debemos mostrarnos siempre fuertes para que confíe en nosotros. Para ello, es importante saber autocontrolarse y analizarnos a nosotros mismos. "Frenar, respirar, estar en calma, controlar los impulsos... No es fácil, pero se puede conseguir sin ansiolíticos" según nos cuenta el adiestrador. Y para ello, debemos recurrir a una dieta equilibrada, al ejercicio físico, aeróbico, anaeróbico y salir a caminar. Sobre todo, intentar tener relaciones que no sean tóxicas y nos transmitan buenas vibras.

Una de las cosas fundamentales es la educación desde pequeño. Es importantísimo enseñarle las reglas y los límites desde cachorros.
Por tanto, el truco para conseguir que un perro esté tranquilo es entender bien cómo piensa y comprender bien su lenguaje, y el adiestrador canino, Borja Capponi, te puede ayudar en ello. Puedes ponerte en contacto con él a través de su página web Borja Capponi Academy. Pero no dudes en hacerlo tanto si tienes conflictos con tu perro como si no los tienes, ya que, según el adiestrador, no debemos esperar a tener los problemas de conducta para solucionarlos.