El alimento que muchos odian y que un chef ha convertido en un plato irresistible

Comer bien sin complicarse

Fernando Rodrigo recupera el hígado y lo transforma en una receta cremosa, fácil y llena de sabor

Fernando Rodrigo demuestra que comer sano también puede ser un placer: su paté casero de hígado conquista incluso a quienes nunca pensaron probarlo.
Fernando Rodrigo demuestra que comer sano también puede ser un placer: su paté casero de hígado conquista incluso a quienes nunca pensaron probarlo. | @fernando.rodrigo.chef

El hígado es de esos ingredientes que parecen tener más detractores que defensores. Su sabor intenso y su textura hacen que muchos ni se planteen cocinarlo. Pero Fernando Rodrigo, el cocinero detrás de FlashLudable, lleva tiempo empeñado en cambiar esa percepción. En su cuenta de Instagram (@fernando.rodrigo.chef), donde reúne a más de 23.000 seguidores, enseña que comer sano no tiene por qué ser aburrido ni complicado.

En uno de sus vídeos, lo resume con humor: 'No, para flipado: no necesitas comerte el hígado crudo para aprovecharte de todos sus nutrientes'. Y tiene razón. Porque el hígado, más allá de prejuicios, es una joya nutricional: rico en hierro, vitamina A, complejo B y zinc. Un alimento que muchos han dejado de lado, pero que merece volver a nuestras cocinas por todo lo que aporta.

Un alimento denso en nutrientes (y mal entendido)

En tiempos de suplementos, batidos proteicos y superalimentos de moda, pocos recuerdan que el hígado lleva siglos en nuestras cocinas como fuente natural de micronutrientes esenciales. Contiene hasta diez veces más vitamina A que la zanahoria y aporta hierro de alta biodisponibilidad, además de vitaminas del grupo B, fundamentales para la energía y el sistema nervioso.

El problema no está en su valor nutricional, sino en su fama. A muchos les echa para atrás su sabor o su textura, pero la clave está en cómo se prepara. La propuesta de Fernando Rodrigo no busca disfrazar el hígado, sino convertirlo en algo apetecible: un paté casero cremoso, delicado y lleno de matices.

El paté que cambia opiniones

Su receta no puede ser más sencilla: hígado de ternera, mantequilla, cebolla, hierbas, Oporto y Jerez seco. Se pocha la cebolla lentamente hasta que se vuelve casi confitura, se añade el hígado con tomillo y romero, y se saltea apenas unos minutos. Luego se desglasa con los vinos, se tritura y se hornea a baja temperatura.

Al enfriar, el paté se cubre con una fina capa de grasa -o un poco de mantequilla fundida- que ayuda a conservarlo y le da ese aspecto goloso que invita a untar. El resultado: una textura suave, un sabor redondo y una receta que reconcilia a cualquiera con este ingrediente.

Para Fernando Rodrigo, comer sano no significa comer light, sino elegir alimentos con densidad nutricional, que aporten energía y sabor. Y este paté lo cumple todo: es rico en proteínas, saciante y perfecto para acompañar pan, crackers o bastones de verduras.

El hígado, transformado en una crema untuosa lista para hornear: una forma sencilla y deliciosa de redescubrir uno de los alimentos más nutritivos que existen.
El hígado, transformado en una crema untuosa lista para hornear: una forma sencilla y deliciosa de redescubrir uno de los alimentos más nutritivos que existen. | @fernando.rodrigo.chef

Comer bien sin complicarse

Detrás de sus recetas hay una idea clara: no hace falta ser un chef para cocinar bien. Fernando Rodrigo ha hecho de la cocina saludable algo alcanzable y sabroso, con una mirada práctica y cercana. En sus redes comparte trucos para organizar la despensa, aprovechar mejor los alimentos y planificar comidas equilibradas sin estrés ni rigidez.

Su enfoque combina nutrición, disfrute y sentido común. Nada de dietas milagro ni de listas imposibles: solo ingredientes reales, técnicas simples y el placer de comer con cabeza.

Volver a lo esencial

El paté de hígado de Fernando Rodrigo no solo rescata una receta clásica, sino una idea olvidada: que la cocina saludable puede ser rica, práctica y profundamente nutritiva. Es un recordatorio de que comer bien no es renunciar, sino reconciliarse con los alimentos que de verdad alimentan.

Porque a veces, lo que menos apetece cocinar puede acabar siendo lo que más sorprende en la mesa.

Y si después de probar el paté te animas a seguir explorando, hay muchas otras formas de disfrutar del hígado en casa. Desde los clásicos filetes de hígado encebollado o empanados, hasta recetas más originales como brochetas de hígado o filetes rellenos con patatas panaderas.

También puedes darle un punto diferente con hígado de vaca a la mostaza, apostar por un toque más sofisticado con hígado al vino tinto con champiñones o servirlo con un puré de patatas suave.

Pequeños gestos que demuestran que, con buena materia prima y mimo, incluso los ingredientes más poco apetecibles pueden convertirse en auténticos placeres de cocina.

stats