7 pescados sin espinas (o casi) que puedes cocinar sin miedo

Cortes más limpios

Si te cuesta comer pescado por las espinas, estas especies representan una alternativa práctica y accesible

El bacalao, especialmente en su versión desalado y en lomos, es fácil de preparar y casi sin espinas
El bacalao, especialmente en su versión desalado y en lomos, es fácil de preparar y casi sin espinas

Para muchos, lo más molesto del pescado no son los olores de la cocina, sino las espinas al comerlo. Por eso aquí tienes una lista con 7 pescados sin espinas, o con muy pocas y fáciles de quitar, que puedes comprar en el mercado.

La gran mayoría de los pescados tienen espinas. En algunos casos, son fáciles de retirar, y en otros, basta con extraer la espina central.

Estas son algunas de las especies más apreciadas y cómo aprovecharlas en la cocina sin miedo a las espinas.

Pescados sin espinas (o casi) fáciles de comer

1. Atún

El atún es práctico de comer, sobre todo en lomos o rodajas
El atún es práctico de comer, sobre todo en lomos o rodajas

El atún es uno de los grandes protagonistas del mar y, además, un pescado muy fácil de comer porque apenas tiene espinas. Cuando se presenta en lomos o rodajas, queda prácticamente limpio.

Su carne es roja, firme y con un sabor intenso. Es perfecto para cocinar a la plancha, dejando el interior jugoso, o para preparar recetas frescas como tartar de atún y sushi, donde se aprecia su textura melosa.

En la cocina tradicional española, el atún encebollado o el atún con tomate son clásicos que siguen conquistando mesas.

La clave está en no pasarse de cocción, porque si se cocina demasiado puede resecarse. Con el punto justo, el atún ofrece un bocado sabroso y limpio, sin miedo a las espinas.

2. Merluza

La merluza es probablemente el pescado más popular en España cuando hablamos de facilidad de consumo.

Sus lomos se limpian sin dificultad y quedan prácticamente libres de espinas.

Es un pescado blanco de sabor suave que se presta a infinidad de preparaciones: a la gallega con patatas cocidas y pimentón, merluza rebozada en filetes para los más pequeños o merluza al horno con un chorro de aceite y limón.

Las pocas espinas que pueda tener se localizan fácilmente en la parte central y pueden retirarse con unas pinzas de cocina antes de cocinar.

3. Bonito

El bonito, más pequeño que el atún y con carne más clara, es uno de los pescados más apreciados en el norte de España. Apenas presenta espinas, lo que lo convierte en una opción cómoda, tanto en recetas de cuchara como en preparaciones rápidas.

Durante el verano, el bonito del norte se convierte en protagonista de las pescaderías. Su ternura lo hace ideal para guisos como el marmitako, un plato marinero con patatas que resume el sabor del Cantábrico.

También es muy habitual encontrarlo en conserva, cubierto de aceite de oliva, una manera de disfrutarlo todo el año.

En la sartén, al horno o en cazuela, el bonito es un pescado agradecido que se disfruta sin apenas preocuparse por las espinas.

4. Bacalao

El bacalao, en lomos desalados, es una apuesta segura sin espinas
El bacalao, en lomos desalados, es una apuesta segura sin espinas

El bacalao es otro de los grandes pescados sin espinas, sobre todo cuando se compra en lomos desalados.

Su carne firme y blanca permite preparaciones como el bacalao al pilpil o bacalao a la vizcaína, recetas tradicionales que realzan su textura gelatinosa.

También es común en potajes, guisos o incluso en ensaladas desmigado.

En el caso del bacalao fresco, las espinas son mínimas y se retiran fácilmente al limpiar el pescado. De ahí que sea un favorito para cocinar en casa.

5. Rodaballo

Tiene un cuerpo plano y carnoso, con una espina central que se retira fácilmente
Tiene un cuerpo plano y carnoso, con una espina central que se retira fácilmente

El rodaballo es otro pescado muy apreciado, especialmente en el País Vasco y Galicia.

Tiene un cuerpo plano y carnoso, con una espina central que se retira fácilmente, dejando filetes limpios y jugosos.

Su carne blanca y firme aguanta bien la plancha y el horno.

El rodaballo al horno con patatas panadera es un plato icónico, aunque también puede prepararse a la brasa, donde su piel crujiente contrasta con la suavidad del interior.

6. Salmón

El salmón suele venderse en lomos o filetes ya limpios, lo que lo hace muy práctico
El salmón suele venderse en lomos o filetes ya limpios, lo que lo hace muy práctico

El salmón es uno de los pescados más consumidos en todo el mundo y también uno de los más cómodos de preparar. Aunque puede tener algunas espinas finas, lo habitual es que se presente en lomos o filetes ya limpios, lo que lo convierte en una opción muy práctica para el día a día.

Su carne es rosada, jugosa y con un sabor característico que combina bien con recetas sencillas y sofisticadas.

A la plancha es probablemente la forma más popular de cocinarlo, pero también se disfruta al horno con hierbas aromáticas o salmón en papillote, donde conserva toda su humedad.

Además, su versión ahumada es un clásico en ensaladas, tostas y canapés. O la forma más fácil: salmón en freidora de aire.

7. Rape

El rape es un ejemplo de cómo las apariencias engañan. Su aspecto no es el más atractivo, pero su carne es blanca, firme y completamente libre de espinas, ya que solo cuenta con un cartílago central que se retira fácilmente.

Es ideal para guisos marineros, arroces caldosos o como pieza principal al horno.

También se usa mucho en brochetas de pescado, ya que su carne no se deshace con la cocción. Es uno de los pescados más seguros para quienes huyen de las espinas.

Cómo retirar las espinas con facilidad

Unas pinzas de pescado permiten sacar las espinas con rapidez
Unas pinzas de pescado permiten sacar las espinas con rapidez

Si eres de los que todavía mira el pescado con recelo por las espinas, hay formas fáciles de ganar la batalla.

Lo más cómodo es pedir en la pescadería que lo preparen en lomos o filetes, listos para la sartén o el horno.

En casa, unas pinzas para pescado son la mejor aliada: con solo pasar los dedos por la carne antes de cocinar, podrás localizar y sacar las espinas que queden.

Los pescados sin espinas o con espinas fáciles de retirar no solo hacen la vida más sencilla en la cocina, también acercan el consumo de pescado a quienes suelen evitarlo por miedo a encontrarse con ellas.

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