Croquetas de jamón sin gluten, la receta clásica apta para celiacos

20 abr 2011 - 10:26 Actualizado: 09 dic 2024 - 10:26
Aprende a hacer la versión apta para celiacos de las clásicas croquetas de jamón
Aprende a hacer la versión apta para celiacos de las clásicas croquetas de jamón

Las croquetas de jamón son un plato delicioso y versátil, perfecto para cualquier ocasión, pero si sufres celiaquía necesitas adaptar la receta clásica.

Con ingredientes como maicena y harina sin gluten, podrás disfrutar de unas croquetas crujientes por fuera y cremosas por dentro, manteniendo el sabor tradicional.

Con esta receta, aprenderás cómo hacer croquetas de jamón sin gluten paso a paso, con un resultado delicioso que todos disfrutarán.

Raciones

4

Coste

Bajo

Dificultad

Fácil

Preparación

10 m

Cocinado

40 m

Tiempo total

50 m

Ingredientes

  • Maicena
  • harina sin gluten
  • Jamón
  • Queso rallado
  • Puré de patatas instantáneo
  • Aceite
  • Cebolla
  • 1/2 litro de leche

Elaboración de las croquetas de jamón sin gluten paso a paso

1. Sofríe la cebolla y prepara la base

Comienza reservando medio vaso de leche, que usarás más tarde. En una sartén grande, calienta un poco de aceite y sofríe la cebolla troceada finamente hasta que esté dorada y tierna. Esto le dará un sabor profundo a la mezcla base de las croquetas. Es importante que la cebolla se dore bien, ya que esto potenciará el sabor de las croquetas.

2. Prepara la mezcla de leche y puré de patatas

Una vez que la cebolla esté dorada, añade el resto de la leche de forma gradual, removiendo constantemente para evitar que se formen grumos.

Cuando la mezcla comience a hervir, añade las dos cucharadas de puré de patatas instantáneo.

Deja que hierva a fuego lento durante unos 10 minutos. Esto ayudará a darle cuerpo y consistencia a la masa de las croquetas, haciendo que queden más cremosas en el interior.

3. Incorpora la maicena y mezcla

A continuación, aparta la cazuela del fuego. En un vaso pequeño, diluye la maicena con la leche que habías reservado. Agrega esta mezcla poco a poco a la cazuela, removiendo constantemente. Esto le dará una textura espesa y suave a la mezcla.

4. Añade el jamón

Una vez que la mezcla tenga la textura deseada, añade el jamón troceado finamente y si quieres, el queso rallado. Remueve bien para que todo se integre.

5. Enfría la masa

Es importante que la mezcla repose y se enfríe antes de formar las croquetas. Cubre la sartén con un paño limpio o trasvasa la mezcla a un recipiente y déjala enfriar a temperatura ambiente durante al menos 1 hora. Si tienes prisa, puedes meterla en la nevera durante unos 30 minutos. Esto facilitará el proceso de moldeado.

6. Forma las croquetas

Cuando la masa esté fría y firme, es hora de formar las croquetas. Utiliza tus manos o una cuchara para darles forma de croquetas alargadas o redondas, según prefieras. Una vez formadas, pásalas primero por harina sin gluten, luego por el huevo batido y finalmente, por pan rallado sin gluten o, si lo prefieres, por puré de patatas instantáneo pulverizado.

7. Fríe las croquetas

En una sartén amplia, calienta abundante aceite para freír. Es importante que el aceite esté bien caliente para conseguir una textura crujiente por fuera. Fríe las croquetas en pequeñas tandas para evitar que se peguen entre sí.

Cocina durante unos 3-4 minutos por cada lado, hasta que estén doradas y crujientes. Después, colócalas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.

Consejos para preparar unas croquetas de jamón sin gluten perfectas

Asegura la consistencia correcta de la masa

Una de las claves para unas croquetas perfectas es la textura de la masa. Si la masa te queda demasiado líquida, no dudes en añadir un poco más de harina sin gluten o puré de patatas instantáneo para espesarla.

Recuerda que la masa debe ser lo suficientemente firme para que puedas darle forma con las manos sin que se deshaga al freír.

Evita los grumos en la masa

Para que no se formen grumos cuando hagas la bechamel, agrega la leche templada o a temperatura ambiente y no dejes de remover todo hasta que quede una masa homogénea.

Utiliza un buen jamón

La calidad del jamón influye directamente en el sabor final de las croquetas, por lo que elige uno de calidad, que no esté demasiado salado.

Controla la temperatura del aceite

Es fundamental que el aceite esté bien caliente antes de freír las croquetas. Si el aceite está demasiado frío, las croquetas absorberán más aceite y quedarán grasientas. Si está demasiado caliente, el exterior se dorará demasiado rápido, pero el interior quedará crudo. Lo ideal es freír las croquetas entre 170°C y 180°C.

Deja reposar la masa antes de freír

Deja reposar la masa de las croquetas durante al menos una hora en la nevera antes de darle forma. Esto ayudará a que la mezcla se compacte mejor y sea más fácil de manejar, evitando que las croquetas se rompan al freírlas. Incluso puedes hacer la masa un día antes y refrigerarla toda la noche.

Asegura una fritura uniforme

Cuando frías las croquetas, asegúrate de moverlas con cuidado en el aceite para que se doren de manera uniforme por todos los lados. Utiliza una espumadera para voltearlas y evitar que se rompan. También es importante no sobrecargar la sartén de aceite para que las croquetas se frían de manera uniforme.

Con qué acompañar las croquetas de jamón sin gluten

Las croquetas de jamón son perfectas para una cena de picoteo o como aperitivo de Navidad o entrante de Navidad.

Aunque no necesitan nada más, si te apetece, puedes acompañar las croquetas con una salsa de tomate casera, una mayonesa suave o un alioli.

Cómo conservar las croquetas de jamón sin gluten

Si te sobra masa o croquetas ya fritas, puedes conservarlas de la siguiente manera:

Masa sin freír

Guarda la masa cruda en un recipiente hermético en la nevera hasta por 2 días. Puedes formar las croquetas en el momento que las necesites y freírlas en ese momento.

Croquetas fritas

Para las croquetas ya fritas, lo ideal es mantenerlas en un recipiente cerrado en la nevera, donde se conservarán durante 2-3 días.

También puedes congelarlas, asegurándote de que estén bien envueltas para evitar la formación de cristales de hielo. Cuando las necesites, simplemente fríelas de nuevo o caliéntalas en el horno.

Editado por: Naiara Ortiz
stats