Las albóndigas en salsa de vino es uno de los platos más característicos de la gastronomía española. ¡No fallan en ningún hogar! Con sólo degustarlas conseguimos transportarnos a la cocina de nuestra abuela cuando nos las preparaba de pequeños.
Y aunque una de las más tradicionales es la de albóndigas en salsa, podemos encontrar muchísimas versiones riquísimas en las que se combinan con diferentes salsas (albóndigas en salsa de tomate, albóndigas con champiñones, albóndigas en salsa de mango y curry, albóndigas en salsa de almendras o cualquier otra salsa que más os apetezca).
En esta ocasión, hemos unido las albóndigas de carne de ternera con una increíble salsa de vino blanco y caldo casero de pollo Gallina Blanca que le aportará un toque muy sabroso e irresistible. Además, complementamos la receta con unos guisantes que le aportarán un resultado inconfundible y espectacular.
Aunque no lo parezca, estas albóndigas al vino blanco son muy fáciles de preparar. Siguiendo nuestros pasos e ingredientes, te saldrán unas 15 albóndigas que podrás dividir en cuatro personas (3 por cabeza aproximadamente).
Y es cierto que el mismo día que las cocinamos están deliciosas pero si esperáis al día siguiente ¡estarán todavía más ricas! ¿La razón? Que la salsa ya habrá recogido todo el sabor de las albóndigas, los guisantes y el caldo de pollo. Además, estará más espesa, por lo que será todo un placer mojar pan en ella.
Anímate a prepararlas en casa ¡y deja a todos boquiabiertos!
Ingredientes para 4 personas
- 600 gr. de carne picada de ternera
- 50 gr. de miga de pan
- 200 ml. de leche
- 3 dientes de ajo
- 1 cebolla
- 1 huevo
- 100 ml. de vino blanco
- 100 gr. de guisantes
- 20 gr. de harina
- 1 litro de caldo de pollo Gallina Blanca
- aceite de oliva virgen extra
- sal
- pimienta
- perejil

Cómo hacer albóndigas en salsa de vino blanco
Cómo hacer las albóndigas
Corta las migas de pan en trocitos y remójalas con la leche en un bol. Deja que se empapen bien y escúrrelas.

En otro bol coloca la carne picada, 1 diente de ajo picado, el huevo, las migas de pan escurridas, un poco de perejil picado, y una pizca de sal y pimienta.

Mezcla todo muy bien y coge pequeñas porciones para hacer las albóndigas.

Dales forma redonda a cada porción y pásalas por harina. Fríelas en una sartén con aceite y escúrrelas en un plato cubierto con papel absorbente de cocina.
Cómo hacer la salsa de vino blanco
Cuece los guisantes en un cazo con agua durante 15 minutos.
Pica en dados la cebolla junto a los otros dos ajos y ponlos a rehogar en una cazuela amplia y baja (tartera). Agrega una cucharada de harina, rehógala bien y vierte el vino blanco para darle un hervor.
Añade el pimentón, vierte el caldo de pollo y deja que se cocine durante 15-20 minutos.

Pasa la salsa por el pasapurés y ponla de nuevo en la cazuela o tartera.

Introduce las albóndigas y los guisantes en la salsa y cocina todo conjuntamente durante 6-8 minutos. Sirve 3 albóndigas en salsa de vino blanco por plato. ¡Y a degustar su rico sabor!

Preguntas que te pueden surgir
¿Se pueden congelar las albóndigas en salsa?
Tienes varias opciones a la hora de congelar esta receta. Por un lado, puedes congelar sólo las albóndigas sin freír. Una vez tengas lista la forma de cada albóndiga, introdúcelas en una bolsa de congelación y deja espacio de una a otra. Luego sólo tendrás que sacarlas y freírlas o cocinarlas sin necesidad de descongelarlas previamente.
Por otro lado, puedes congelar tápers de albóndigas en salsa de vino blanco tal y como hacemos con muchas comidas ya cocinadas. En este caso, es recomendable dejar descongelar el táper lentamente y luego calentarlo al microondas. ¡Serán ideales para llevar al trabajo cuando no sepas qué comer!
¿Se puede usar otra carne para las albóndigas?
En esta receta hemos utilizado carne picada de ternera para hacer las albóndigas, pero podéis usar otro tipo de carne que más os guste (pollo, cerdo, cordero...) e incluso pescado, legumbres o verdura. Os damos algunas ideas:
Con qué acompañar las albóndigas al vino blanco
Sabemos que esta receta de albóndigas en salsa de vino blanco es una delicia para degustarla tal cual. Pero podéis completarla acompañándola con arroz blanco, una menestra de verduras, unas patatas fritas o un puré de patatas.
En caso de combinarla en un menú de comida, podéis servir una ensalada de primero y las albóndigas en salsa de segundo. Lo completáis con una fruta de postre ¡y a disfrutar!