Receta rápida
Sardinas a la plancha por Karlos Arguiñano
Una receta veraniega con mucho omega 3.

Karlos Arguiñano elabora unas deliciosas sardinas a la plancha. Se recomienda cocinarlas a la brasa ya que de esta forma apreciaremos todo su sabor, aunque existen diversas opciones a la hora de prepararlas: a la plancha, en guisos marineros, asadas, en escabeche, fritas, empanadas, etc.
Las sardinas pequeñas (sin espinas) están indicadas para tortillas y revueltos, las sardinas medianas pueden utilizarse para rebozados, fritos o preparaciones al ajillo; por su parte, las sardinas grandes están recomendadas para cocinarlas a la plancha o brasa, acompañadas de unas rebanadas de pan.
La sardina es uno de los pescados azules más consumidos en España ya que su pesca y distribución es accesible en cualquier costa de nuestro territorio: es una propuesta relacionada con los días calurosos o veraniegos en los que quedamos con amigos y familiares ¡Triunfarás seguro!
Tampoco puedes dejar de probar esta receta de sardinas con aceite de ajo y perejil elaborada paso a paso por Karlos Arguiñano.
Índice de contenidos
Ingredientes
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24 sardinas
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8 rebanadas de panes
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1 lechuga
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1 limón
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aceite de oliva virgen extra
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vinagre
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sal
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perejil
Raciones
4
Coste
Bajo
Dificultad
Fácil
Preparación
10 m
Cocinado
20 m
Tiempo total
30 m
Alérgenos


Elaboración de la receta de sardinas a la plancha por Karlos Arguiñano:
Separa las hojas de lechuga, lávalas bien bajo el grifo de agua y sécalas. Córtala en juliana fina y resérvala.

Limpia las sardinas, retirándoles la cabeza y la tripa. Sazona y riégalas con un par de cucharadas de aceite.

Calienta bien una plancha, coloca las sardinas (en 2 tandas) y cocínalas durante 1 minuto por cada lado.

Aliña la lechuga con 3 cucharadas de aceite, 1/2 cucharadita de vinagre y sal al gusto. Corta el limón en 4 porciones.

Sirve 6 sardinas en cada plato, pon a un lado una porción de ensalada y 2 rebanadas de pan, al otro. Adorna los platos con el limón y unas hojas de perejil.

Consejos y trucos
No congeles las sardinas. El elevado contenido en grasa de los pescados azules impide una adecuada congelación que modifica su sabor y textura al ser descongelados.
Después de comer sardinas, las manos se os quedarán impregnadas de un olor muy fuerte. Para eliminarlo lo mejor es que os las frotéis con un trozo de limón antes de lavarlas bien con agua y jabón.
Si optamos por cocinarlas a la parrilla o el horno, lo mejor es cocinar la sardina entera, con espina, cabeza e incluso con las vísceras porque, una vez en el plato, todas se retiran con gran facilidad.