Uno de los símbolos que no puede faltar en navidad es el árbol de Navidad y su decoración. En la mayoría de los casos, el árbol de Navidad lleva casi un año guardado en trasteros, garajes o armarios, sitios propensos al polvo y a la humedad.
Para evitar las temidas alergias navideñas y alargar su vida útil, lo primero que debemos hacer es limpiar el árbol de Navidad a fondo antes comenzar a decorarlo con bolas, muñecos, luces y lazos.
Y como sabemos que estás aquí porque no sabes exactamente cómo empezar esta limpieza, te proporcionamos una guía para limpiar, guardar y alargar la vida útil de tu árbol de Navidad.
Cómo limpiar el árbol de Navidad (paso a paso)
Sigue estos pasos si tu árbol de navidad ha estado guardado en un sitio propenso a la humedad, los insectos y el polvo. Para esta tarea necesitas una bayeta, agua tibia y vinagre o jabón del lavavajillas. Tanto si tu árbol es verde, blanco o de otro color, sigue estos pasos:
Paso 1
Coloca una toalla en el suelo. Extrae el abeto de su caja y sacúdelo. Si tienes alergia al polvo o ácaros, protégete el rostro con una mascarilla. Puedes pasar un trapo seco para eliminar todo el polvo posible.
Paso 2
Haz una disolución de vinagre blanco y agua a partes iguales. Humedece la bayeta y pásala por las ramas del árbol, tronco y base incluidos. De esta forma limpiarás y desinfectarás el árbol de Navidad. Si no tienes vinagre, utiliza jabón líquido o jabón de barra, aunque requiere de un posterior aclarado.
Otra manera de quitar el polvo del árbol es utilizando una aspiradora Para ello, asegura la base del árbol al suelo y pasa la aspiradora con la boquilla para tapicería y la velocidad al mínimo. Comienza siempre por las ramas superiores y continúa hacia abajo en círculos.
Paso 3
Por último, deja que el árbol de Navidad se seque al aire o en un lugar ventilado durante 24 horas o hasta que la humedad haya desaparecido por completo. Después, solo queda ¡decorarlo!
Cómo guardar el árbol de navidad
Al terminar las festividades y para conservar en buen estado tu árbol de Navidad, sigue estos pasos:
- 1. En una caja de cartón introduce todos los adornos de tu árbol. Puedes ponerlos en cajas separadas si quieres etiquetarlos por categorías. Pero si no, mételos todos en una caja grande de cartón. Si son adornos delicados, envuélvelos en papel de periódico. Para las luces, guirnaldas, velas o coronas, utiliza otra caja.
- 2. Sella o precinta ambas cajas para evitar la entrada de insectos o la acumulación de polvo.
- 3. En cuanto al árbol, sepáralo de su base. Si eres de los que echa nieve artificial en el árbol, sacúdelo a conciencia y plega las ramas al tronco. Puedes ayudarte de un alambre o elástico para plegar el árbol como si vienes de fabrica. De esta manera no ocupará mucho espacio.
- 4. Asegurate de la caja en la que lo vas a guardar esté limpia y seca. A continuación, introduce el abeto y precíntalo bien con cinta aislante o cinta carrocera.
- 5. Finalmente, guarda la caja en un sitio seco y fresco. Aconsejamos evitar los lugares propensos a la humedad. Si no dispones de una caja para el árbol de navidad, siempre puedes enrollarla en plástico de burbuja o goma espuma.

Consejo extra: para evitar insectos como los pececillos de plata, polillas, cucarachas u otros, puedes colocar hojas de laurel o ramas de canela en la caja. ¡Funciona!
Los abetos naturales también se limpian
Aunque optar por un árbol artificial es más económico y ecológico, hay quien prefiere utilizar un abeto natural. En este caso también tenemos que limpiarlo, ya que puede traer consigo hongos y pequeños insectos.
Para limpiar un árbol de Navidad natural puedes usar un soplador de aire que elimine el polen y cualquier insecto. A continuación, debemos limpiar su tronco con agua fría. Si tiene hongos, podemos aplicar una solución de vinagre y agua y pasarla por todo el tronco y las ramas del abeto.
Finalmente, debemos dejar que el abeto se seque al aire libre para evitar humedades indeseadas. Esta limpieza es conveniente realizar días antes de comenzar con la decoración navideña, ya que un abeto natural tardar bastantes horas, e incluso días si hace mal tiempo, en secarse por completo.