Cuando empezamos a cultivar un huerto urbano, sobre todo si no tenemos experiencia en el mundo hortícola, las dudas y los errores suelen ser frecuentes. No es nada malo, al contrario, tener dudas es normal y cometer errores, también.
Incluso, con el tiempo, sigue completamente normal, sobre todo, cuando se introduce un nuevo cultivo en la huerta. Lo más importante es aprender día tras día y error tras error.
Juanjo, de Diario Dun Neno Labrego te cuenta cuáles suelen ser esos errores frecuentes cuando eres principiante y, lo más interesante, cómo puedes corregirlos de forma sencilla adaptándote a las diferentes situaciones con las que te puedes encontrar.
Errores más frecuentes en el huerto urbano (y sus soluciones)
1. No tener en cuenta la ubicación
En la mayoría de los huertos urbanos no podemos elegir el lugar en el que vamos a cultivar nuestras hortalizas. Las parcelas están donde están y si te interesa bien y si no pues que pase el siguiente.
La ubicación es muy importante, ya que no es lo mismo tener un huerto urbano que reciba la luz directa del sol durante una buena parte del día que tenerlo en un lugar, donde, por poner un ejemplo, un edificio le haga sombra y no reciba la suficiente luz solar.
Si puedes elegir, ten este aspecto en cuenta, y valora también en qué momento del día recibe esa luz directa del astro rey. Porque no es lo mismo tener tu huerto urbano en Sevilla que tenerlo en Santiago de Compostela. Si estás en Sevilla, incluso, puede interesarte que durante las horas centrales del día ese edificio que en Santiago sería tu peor pesadilla, se convierta en el aliado perfecto para tus hortalizas.
Huerta de Diario Dun Neno Labrego a principios de verano
Por el contrario, si no tienes elección, no te preocupes. Puedes adaptar tu huerto y los cultivos que en ellos vas a cuidar y mimar, en función de las condiciones lumínicas con las que te encuentres.
Cultivar en función de las condiciones con las que nos encontremos nos evitará muchos problemas a futuro. Elige siempre las plantas en función de las condiciones. Por ejemplo, si no recibes demasiada luz, planta hortalizas que se adapten a esas condiciones como las coles, los rábanos, las lechugas, etc.
2. Tener un suelo pobre
Cuando empezamos el cultivo de un huerto urbano, nos encontramos, como norma general (no siempre es así pero puede pasar), con un terreno que no estaba destinado al cultivo de ningún tipo de planta. Un suelo, en muchas ocasiones, pobre, que no ha sido trabajado durante años en el que ha crecido la maleza o que ha sido un lugar utilizado como aparcadero de coches, etc. Si estamos ante una situación así. ¡Paciencia!
Lo primero que tenemos que hacer es eliminar la maleza que puedas tener en el terreno y hacer un primer cavado para airear bien el suelo y descompactarlo.
Incorpora un buen abono de origen animal, si puedes disponer de estiércol de vaca, oveja, caballo o conejo mejor que mejor, si no, pues también puedes incorporar compost y humus de lombriz. Añade también una buena dosis de materia orgánica: hojas, paja, etc.
Vídeo en el que se muestra cómo empezar a cabar el huerto antes de plantar:
No quieras apurar, si el primer año no puedes sembrar, no te preocupes, ya lo harás al siguiente. Lo importante es no caer en la tentación de utilizar abonos o productos químicos para apurar y acelerar el proceso porque a la larga no te va a aportar nada bueno. Si quieres consumir productos llenos pesticidas, o abonos artificiales mejor vete a una gran superficie y no te dará tanto trabajo.
Un suelo bien abonado, cuidado y rico en materia orgánica, será el lugar perfecto para que tus hortalizas crezcan sanas y fuertes. Además, tendrás un lugar muy atractivo en el que pequeños insectos e invertebrados se querrán instalar y te ayudarán en la descomposición de los restos de plantas, hojas y materia orgánica que tengas en el huerto, además de colaborar en el control de plagas que pueden afectar a tus cultivos.
3. Una elección errónea de los cultivos
Es uno de los errores más frecuentes en el huerto urbano y, sobre todo, más frustrante. ¿Por qué? Pues la respuesta es muy sencilla. No serás el primero, ni el último que se encapricha con una planta o una variedad de tomate o de algún cultivo sin tener en cuenta las condiciones que este necesita para su buen crecimiento.
¿Te suena verdad? Ese árbol de aguacate tan estupendo que da unos aguacates deliciosos y que quieres tener a toda costa en tu huerto. Esa planta de tamarillo con la que siempre soñaste y que por fin conseguiste unas semillas que germinaste con todo el esmero y cariño del mundo.
Pero, ¿qué pasa si las condiciones que podemos darle a esas plantas en nuestro huerto no son las adecuadas? Pues que serán plantas más sensibles a las plagas y a las enfermedades, que si las condiciones climáticas no son las adecuadas probablemente se acaben muriendo porque al llegar el invierno no aguantan las heladas que se producen en tu zona, o que tengas tu huerto en una zona con altas temperaturas durante los meses de primavera y verano y se quemen las hojas o que tengas tu huerto en un lugar donde no puedas darles la cantidad de agua que necesita, etc.
Repollo en la huerta
Lo mejor es que siempre elijas las plantas, las hortalizas o los árboles más adecuados para tu lugar de cultivo. Te facilitará el trabajo, no tendrás tantos problemas con la adaptación a tu climatología y serán plantas mucho más resistentes a las plagas o a las enfermedades.
Sí, es difícil resistirse, pero a la larga lo agradecerás. ¿Sabías qué determinados árboles necesitan unas determinadas horas de frío al año para fructificar? Pues si vives en una zona del trópico, donde no hay esas horas mínimas de temperaturas frías que esos árboles necesitan jamás vas a tener fruta de esos árboles, además del estrés al que estarían sometidos sin ninguna necesidad.
4. Riego inadecuado
Este es, sin duda alguna, el quebradero de cabeza de todos los que nos dedicamos a cultivar hortalizas. Da igual que estemos empezando o que tengamos experiencia y es que no es algo fácil de afrontar.

Cuando alguien pregunta: ¿cada cuanto tengo que regar mis tomateras? Parece una pregunta sencilla, pero no lo es. Son muchos los factores que tenemos que tener en cuenta: tipo de suelo, situación de las plantas, lugar de cultivo, etc. No es lo mismo regar una tomatera en Valladolid que en Vigo y no aplicamos la misma cantidad de agua si regamos en primavera que si lo hacemos en pleno verano. Además, también tenemos que tener en cuenta si la cultivamos directamente en el suelo o si lo hacemos en maceta.
Hay varios tipos de riego: podemos regar con una manguera o regadera, podemos instalar un sistema de riego por goteo o por exudación. Hay distintas opciones y todas serán buenas. Pero para Diario Dun Neno Labrego, sin duda el riego por goteo o por exudación son de las mejores opciones tanto para expertos horticultores como para los que estáis empezando.
Si tienes un macetohuerto, y quieres instalar un sencillo y económico riego por goteo puedes ver los pasos a seguir en el siguiente vídeo:
Dar una pauta de riego es complicado, tal y como comentábamos anteriormente, pero una buena manera de saber si tus plantas necesitan agua o no es observarlas, ver el estado de las hojas y comprobar con los dedos el nivel de humedad del suelo. Si, además, utilizas un riego con mangueras de exudación, regará si el suelo lo necesita y sólo en aquellas zonas en la que sea necesario.
5. Uso de herbicidas y pesticidas químicos
Este es el error más grave que puedes cometer en el huerto urbano. Ir a lo fácil y a lo rápido a la hora de controlar plagas y enfermedades o eliminar las malas hierbas.
Con los herbicidas estarás incorporando un elemento químico nocivo en el suelo de tu huerta y con los pesticidas no sólo vas a controlar las distintas plagas (pulgón, araña roja, cochinilla, etc.) sino que, además, también vas a matar insectos beneficiosos que te ayudarán en el control de esas plagas. Insectos como escarabajos, mariquitas, luciérnagas, abejas, avispas...
La biodiversidad será tu principal aliada y tienes que cuidarla. Juanjo explica que lleva años cultivando su huerto sin utilizar ningún tipo de abono, pesticida, o herbicida químico. Cada año que fue pasando, fue descendiendo la presencia de plagas o, si tenía, no eran tan virulentas y se controlaban con facilidad. Así que paciencia, que nadie ha dicho que esto tenía que ser fácil.
En este vídeo Abigail nos cuenta algunas acciones que podemos realizar en el huerto para fomentar la presencia de biodiversidad. Unas de las opciones recomedables es tener hoteles o hábitats para insectos beneficiosos y plantas melíferas. ¡Descubre el resto!
Hasta aquí el post de hoy. Diario Dun Neno Labrego ha intentado recoger los errores más habituales o,por lo menos, las cuestiones que más le preguntan o con las que tuvo dudas cuando empezó a cultivar su huerto. ¡Esperamos que te sirva de ayuda!