La milanesa perfecta según Nada: el plato argentino que conquistó la televisión y la mesa familiar

Cocina de cine

La miniserie argentina Nada convirtió la milanesa en símbolo cultural. Un plato humilde que resume la esencia de la cocina porteña

La milanesa perfecta, servida con patatas fritas y un toque de limón: un plato icónico de la cocina argentina que también brilla en la serie Nada.
La milanesa perfecta, servida con patatas fritas y un toque de limón: un plato icónico de la cocina argentina que también brilla en la serie Nada.

La milanesa como protagonista inesperada

La milanesa es uno de los platos más queridos de Argentina. Económica, versátil y cargada de recuerdos familiares, forma parte de la identidad culinaria del país. Y en la miniserie Nada, se convierte en protagonista inesperada.

Luis Brandoni interpreta a Manuel Tamayo Prats, un crítico gastronómico que, tras la muerte de su ama de llaves y cocinera de toda la vida, se enfrenta por primera vez a la cocina. Entre cafés, vinos y cenas en Buenos Aires, hay un momento que resume la esencia de la serie: la búsqueda de la milanesa perfecta.

En Nada, la vida de Manuel cambia tras la muerte de su cocinera de toda la vida, lo que lo lleva a enfrentarse por primera vez a los fogones.
En Nada, la vida de Manuel cambia tras la muerte de su cocinera de toda la vida, lo que lo lleva a enfrentarse por primera vez a los fogones. | Cinescribe.fr

'La verdad de la milanesa'

La milanesa no es un plato cualquiera en Argentina: es un clásico de las mesas familiares y un emblema de la gastronomía popular. Tanto es así que Nada le dedica un episodio completo, el tercero, titulado precisamente 'La verdad de la milanesa'.

Para Manuel Tamayo Prats, la milanesa no admite atajos. Cada paso importa y su receta se convierte en casi un manifiesto culinario:

  • Carne bien elegida: el corte ideal es el lomo, aunque la nalga se acepta como alternativa. Otros cortes habituales, como el peceto o la paleta, quedan fuera de su definición de perfección.
  • Mezcla con carácter: el huevo batido lleva un toque de mostaza, sal y pimienta recién molida, lo justo para resaltar el sabor sin enmascararlo.
  • Un detalle poco común: en lugar de añadir ajo y perejil al huevo, Manuel los mezcla directamente con el pan rallado, lo que aporta un aroma más intenso al rebozado.
  • La técnica 'pan-huevo-pan': primero se pasa la carne por pan para secarla, después por la mezcla de huevo y finalmente de nuevo por pan rallado, logrando una cobertura crujiente y uniforme.
  • La cocción innegociable: siempre frita en aceite caliente, nunca al horno. Y al llegar a la mesa, un chorrito de limón natural para rematar.

Así, lo que parece un plato sencillo se transforma en un símbolo de exigencia y de respeto por la tradición, una lección que Nada convierte en pura narrativa gastronómica.

El secreto de la milanesa perfecta comienza en el empanado.
El secreto de la milanesa perfecta comienza en el empanado.

Cómo hacer la milanesa perfecta en casa

Si quieres recrear la receta de Manuel Tamayo Prats y sentirte parte de la serie, estos son los pasos:

  • Golpea suavemente la carne para que quede fina.
  • Pásala por pan rallado para secarla.
  • Sumérgela en huevo batido con mostaza, sal y pimienta.
  • Reboza de nuevo en pan rallado con ajo y perejil.
  • Fríe en abundante aceite caliente hasta que esté dorada.

Sirve con limón y, si quieres, con puré de patatas o ensalada fresca.

Las empanadas son otro de los clásicos argentinos: su relleno varía según la región y forman parte de la cultura popular tanto como la milanesa.
Las empanadas son otro de los clásicos argentinos: su relleno varía según la región y forman parte de la cultura popular tanto como la milanesa.

La cultura gastronómica argentina: mucho más que milanesas

La milanesa es solo una de las joyas de la mesa argentina. En un país donde la comida es motivo de encuentro, los sabores típicos son parte de su identidad cultural.

El asado es quizá el emblema más reconocido: carnes de distintos cortes cocinadas lentamente sobre brasas, acompañadas de chimichurri y ensaladas frescas. Es una ceremonia que puede durar horas y que reúne a familiares y amigos cada fin de semana.

Las empanadas son otro clásico. Varían según la región: las salteñas suelen llevar papa y comino, mientras que las tucumanas prescinden de la aceituna y son muy jugosas.

En la repostería, el dulce de leche ocupa un lugar central, presente en alfajores, panqueques o tortas. A la hora de beber, el mate es mucho más que una infusión: es un símbolo de amistad y hospitalidad.

En las ciudades, la cocina de autor y la fusión internacional también están ganando terreno, con chefs que reinterpretan platos tradicionales y los sirven en espacios modernos.

Este cruce entre tradición y vanguardia es lo que Nada captura con tanto acierto: la gastronomía argentina como un puente entre la memoria y la creatividad.

Un cierre con sabor

La serie deja un mensaje claro: la comida no es solo un conjunto de recetas. Es un gesto de cuidado, una conversación que se prolonga después del postre, una forma de decir 'estás en casa' sin necesidad de palabras.

En Nada, esa milanesa perfecta es mucho más que un plato: es un recordatorio de que, incluso cuando todo cambia, siempre podemos encontrar consuelo en lo que ponemos sobre la mesa. Y que, como en la vida, los mejores sabores se disfrutan acompañados.

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