Cocinar para dos también es Navidad

Navidad real

Ideas prácticas para organizar un menú festivo para dos sin llenar la mesa de más

Una mesa pensada para dos: menos platos, más calma y todo lo necesario para celebrar.
Una mesa pensada para dos: menos platos, más calma y todo lo necesario para celebrar.

Durante años, la imagen de la Navidad ha venido asociada a mesas largas, fuentes desbordadas y un ruido constante de platos entrando y saliendo de la cocina. Pero no todas las Navidades son así. Para muchas personas, estas fiestas se cocinan para dos: una pareja, una convivencia pequeña, a veces una decisión consciente, otras simplemente la realidad del momento. Y no pasa nada. Cocinar para dos también es Navidad.

La dificultad no suele estar en la falta de ganas, sino en no saber cómo adaptar el menú. Porque la tentación es clara: reproducir un menú pensado para ocho, aunque seamos dos, y acabar con sobras para una semana y una sensación de exceso que dura más de lo que debería.

Menos cantidad, más intención y sin miedo a los platos 'no navideños'

Cuando se cocina para dos, el cambio no es solo de escala, sino de enfoque. No se trata de hacer 'lo mismo pero en pequeño', sino de elegir mejor. No hace falta llenar la mesa con diez cosas distintas para que la comida sea especial.

No hacen falta canapés variados, espárragos, croquetas, gambas y jamón 'por si acaso'. Ni hay obligación de cordero, marisco o elaboraciones eternas si no apetecen. Con dos personas, ese tipo de mesa suele acabar siendo más cansada que festiva.

Un buen producto puede sustituir a tres platos. Una elaboración cuidada pesa más que una mesa llena.

Por ejemplo, en lugar de varios entrantes, uno solo, bien hecho y, en lugar de picoteo eterno, un plato que se sirva caliente y se coma con calma. Un pescado entero para compartir, una carne bien elegida, una verdura de temporada tratada con mimo. La Navidad para dos invita a concentrarse en lo esencial y a renunciar, sin culpa, a lo que solo está ahí por inercia.

La clave está en que sea algo que a los dos os apetezca comer ese día, no en que encaje en un canon festivo.

Cocinar y sentarse juntos

Otra ventaja de cocinar para dos es que la cocina deja de ser un espacio de estrés. No hay prisas extremas ni fuegos encendidos sin control. Se puede cocinar juntos, compartir tareas o incluso improvisar sobre la marcha.

Ese tiempo también forma parte de la celebración. Hablar mientras se corta, probar antes de servir, ajustar sin dramatismos. La Navidad no empieza cuando se sientan los invitados, empieza mucho antes.

Un menú de Navidad para dos, sin mesa interminable

Cuando sois dos, pensar el menú completo suele ser más difícil de lo que parece. No porque falten ideas, sino porque cuesta decidir qué dejar fuera. Este esquema no pretende ser un menú cerrado ni obligatorio, sino una guía sencilla para evitar la mesa infinita y centrarse en lo que de verdad se va a disfrutar.

Lombarda con manzana, pasas y piñones es una receta de invierno perfecta para Navidad.
Lombarda con manzana, pasas y piñones es una receta de invierno perfecta para Navidad. | Hogarmania

Entrantes que funcionan para dos

Cuando la mesa es pequeña, menos es más. Los entrantes no tienen que ser canapés infinitos ni listas interminables, sino platos que abren el apetito, que se comparten y que tienen sentido por sí solos. Aquí van varias ideas que puedes preparar sin estrés:

  • Lombarda con manzana, pasas y piñones. Un entrante templado, lleno de sabor y muy fácil de hacer. La combinación de la lombarda con la fruta y los frutos secos hace que este plato de lombarda con manzana funcione tanto en frío como en caliente y encaje perfectamente con carnes o pescados más sencillos.
  • Crema de marisco. Clásico y reconfortante. Una crema de marisco bien hecha se sirve en raciones pequeñas y da sensación de celebración sin complicaciones, ideal para abrir boca sin agobios culinarios.
  • Menestra de verduras. Color, textura y temporada en un sólo plato. Ligera pero con personalidad, la menestra de verduras rebozadas es perfecta para empezar una comida de dos sin saturar.
  • Crema de cebolla caramelizada. Sencilla de preparar y con esa nota dulce que recuerda a los sabores festivos, esta crema de cebolla caramelizada es reconfortante y elegante sin necesidad de grandes despliegues.

El plato principal cuando sois dos

Cuando sois dos, el plato principal no tiene que ser complicado ni enorme: basta con una propuesta bien elegida y sabrosa. Lo ideal es que sea un único plato central que se pueda compartir sin líos, sin muchos acompañamientos y con tiempo para seguir conversando.

Merluza con gambas recién preparada, un plato jugoso y lleno de sabor marinero.
Merluza con gambas recién preparada, un plato jugoso y lleno de sabor marinero.

Aquí tienes varias opciones que encajan con ese espíritu navideño pero sin exceso:

  • Carrilleras de ternera con manzanas, ciruelas y pasas. Un guiso tierno y aromático que tiene suficiente carácter por sí solo. Esta receta de carrilleras es perfectoa si queréis algo cálido y sabroso sin pasar horas en la cocina.
  • Merluza con gambas. Un pescado ligero y elegante, ideal si preferís algo que siente bien después de los entrantes. Esta receta de merluza con gambas combina el sabor del mar sin grandes complicaciones.
  • Lubina en papillote con champiñones. Cocinar en papillote mantiene los sabores y la jugosidad sin necesidad de grasas extra ni acompañamientos pesados. Esta receta de lubina en papillote es una forma muy limpia y fácil de preparar pescado para dos.
  • Gallo frito con salsa tártara y pimientos verdes. Si queréis un plato con un punto más crujiente y diferente, esta versión de gallo frito aporta textura y sabor sin necesidad de muchos acompañamientos.
  • Salteado thai de ternera y cacahuete. Para cambiar de tercio sin complicaciones, este salteado de thai de ternera ofrece un toque exótico, lleno de sabor y muy fácil de ajustar a raciones pequeñas.
  • Sepia a la plancha con champiñones al ajillo. Una opción marina con carácter y sin complicaciones. La sepia a la plancha queda jugosa y los champiñones al ajillo aportan un contrapunto aromático delicioso.

Un final dulce, sin exceso

El postre no necesita ser una tarta enorme ni una elaboración interminable. Para dos personas, funcionan mejor las propuestas que se pueden servir en raciones individuales o compartir sin esfuerzo, y que no te dejen sobras para toda la semana.

Aquí tienes varias ideas que encajan con esa filosofía:

  • Tiramisú exprés. Un clásico que se prepara de forma rápida. Su textura cremosa y su punto de café convierten este tiramisú express en un broche elegante sin complicaciones.
  • Trufas de dulce de leche y galleta. Dulces, sencillas y perfectas para compartir sin cubiertos. Además, las trufas de dulce de leche y galleta se pueden preparar con antelación y están listas justo a la hora de servir.
  • Hojaldres con almendras y crema. Crujientes y suaves a la vez, estos hojaldres con almendras y crema son un postre festivo sin necesidad de grandes técnicas ni montones de ingredientes.
  • Mahalabia (flan de leche oriental). Si te apetece algo diferente y ligero, la mahalabia es versión suave y delicada del flan, un cierre perfecto sin sensación de pesadez.

Con estas propuestas, no solo cierras el menú con algo dulce, sino que lo haces sin exceso y con opciones que se adaptan a diferentes gustos.

Si al leer esto te has quedado con la espinita de añadir algún canapé para picar antes del entrante -porque sí, a veces apetece abrir la comida con algo sencillo- una opción que funciona muy bien para dos son estos canapés cojonudo y cojonuda: se preparan rápidamente, no llenan la mesa y aportan un toque divertido.

Al final, cocinar para dos va de elegir bien y no complicarse más de la cuenta.

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