Migas y guisos: los sabores que hacen única la fiesta del Pilar

Tradición aragonesa

Recetas humildes que se convierten en protagonistas de Zaragoza durante las fiestas grandes de octubre

Las migas aragonesas, protagonistas de la mesa durante las Fiestas del Pilar, unen sabor y tradición en Zaragoza.
Las migas aragonesas, protagonistas de la mesa durante las Fiestas del Pilar, unen sabor y tradición en Zaragoza.

En Zaragoza, octubre es sinónimo de fiesta. Las calles se llenan de música, jotas y peñas que no descansan hasta la madrugada. Pero el Pilar no solo se vive con los ojos y los oídos: también se disfruta con el paladar. Entre las tapas modernas y los menús especiales de los restaurantes, hay dos protagonistas que nunca fallan en estas fechas: las migas y los guisos tradicionales.

Platos humildes de origen campesino que hoy se han convertido en parte esencial de la identidad gastronómica aragonesa. Porque aunque el cierzo no sople con fuerza este año, nada evoca tanto la calidez del Pilar como una sartén humeante de migas o una caldereta de ternasco compartida entre amigos.

Junto a las migas el ternasco es un plato típico de estas fiestas.
Junto a las migas el ternasco es un plato típico de estas fiestas. | Gastronomia-aragonesa.com

Migas aragonesas, el plato que une a todos

Las migas son el ejemplo perfecto de cómo un plato sencillo puede transformarse en símbolo festivo. Hechas con pan duro del día anterior, ajo, panceta, chorizo y, en ocasiones, uvas para dar contraste, se sirven en grandes sartenes que invitan a compartir.

Durante las Fiestas del Pilar, es habitual encontrarlas en peñas y asociaciones vecinales, donde se preparan al aire libre en enormes peroles. El aroma de las migas recién hechas recorre las calles y se convierte en una invitación imposible de rechazar. No hay zaragozano que no tenga su recuerdo ligado a este plato: ya sea en familia, en cuadrilla o en una de las muchas casetas que las ofrecen.

Guisos de cordero y calderetas que saben a tradición

El ternasco aragonés es el gran emblema de la cocina regional. En los días del Pilar, no solo se disfruta al horno, sino también en guisos y calderetas preparados a fuego lento. Estas recetas tienen algo de ritual: la carne se cocina despacio, con verduras y vino, hasta que queda tierna y jugosa.

El rancho aragonés, guiso de carne, patata y arroz, es uno de los platos más compartidos en peñas y reuniones del Pilar.
El rancho aragonés, guiso de carne, patata y arroz, es uno de los platos más compartidos en peñas y reuniones del Pilar. | Hogarmanía

Entre los más populares está el rancho aragonés, un guiso de carne, patata y legumbres que resume la esencia de la cocina de aprovechamiento y que se sirve en grandes cazuelas para compartir. Otro imprescindible es el pollo al chilindrón, con su salsa de tomate y pimientos que llena de color y sabor cualquier mesa festiva.

Platos de cuchara que reconfortan

Además de migas y calderetas, el Pilar también sabe a platos de cuchara. Sopas de ajo, potajes o el tradicional ajoarriero aragonés aparecen en cartas y menús como recordatorio de la cocina más auténtica. Son recetas que se transmiten de generación en generación y que encuentran en estas fiestas el mejor escaparate.

Aunque no haga frío extremo, hay algo en estos guisos que reconforta más allá del cuerpo: nos conectan con una identidad común y con la memoria de los que vinieron antes. Comer un plato de rancho durante el Pilar es, en cierto modo, rendir homenaje a la historia popular de Aragón.

El ajoarriero aragonés, un plato de bacalao con patata y ajo que sigue conquistando mesas durante el Pilar.
El ajoarriero aragonés, un plato de bacalao con patata y ajo que sigue conquistando mesas durante el Pilar. | Hogarmanía

La tradición se reinventa en los menús del Pilar

Los restaurantes de Zaragoza aprovechan las fiestas para reinterpretar las recetas más clásicas. Un ejemplo lo encontramos en el lomo a la baturra, que muchos locales versionan con toques modernos sin perder la esencia de la cocina aragonesa.

También se pueden encontrar migas servidas con huevo trufado, guisos convertidos en tapas o propuestas que fusionan tradición y vanguardia. Esta mezcla demuestra que la gastronomía aragonesa está más viva que nunca y que el Pilar también se celebra a través de la innovación culinaria.

Dulces y brindis para completar la fiesta

Ninguna comida del Pilar está completa sin un final dulce. Entre los favoritos están los crespillos aragoneses, unas hojas de borraja rebozadas y fritas que se espolvorean con azúcar. Junto al guirlache o los adoquines del Pilar, forman parte del recuerdo goloso de cada zaragozano.

Los crespillos, hojas de borraja rebozadas y azucaradas, endulzan la fiesta grande de Zaragoza.
Los crespillos, hojas de borraja rebozadas y azucaradas, endulzan la fiesta grande de Zaragoza. | Hogarmanía

Acompañados por un buen vino de Cariñena o una caña bien tirada en las casetas, convierten cualquier comida en una celebración redonda.

El Pilar se vive con música y devoción, pero también alrededor de la mesa, donde migas y guisos comparten protagonismo con la fiesta y se convierten en un símbolo de unión y tradición.

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