Recetas con calabaza para disfrutar el otoño: dulces, cremas y platos salados que reconfortan
Cálida y sorprendente
Descubre cómo sacar partido a la calabaza en platos de temporada llenos de sabor

Cada año, con los primeros días de abrigo, la calabaza vuelve a ocupar su lugar en la mesa. Es el símbolo del otoño: cálida, dulce y tan versátil que puede transformar un plato salado o un postre con la misma naturalidad. No es solo cosa de Halloween ni de cremas ligeras: la calabaza es un ingrediente capaz de brillar en una mesa de diario o en un menú de fiesta.
El recetario con calabaza es tan amplio como sorprendente: desde cremas suaves con bacalao o carabineros hasta bizcochos, hummus o raviolis caseros. Un ingrediente humilde que demuestra, una vez más, que la cocina de temporada tiene infinitas posibilidades.
Más que bonita: las propiedades de la calabaza
La calabaza no solo conquista por su color. Es una fuente natural de betacarotenos, que el cuerpo transforma en vitamina A, esencial para la vista y la piel. También aporta vitamina C, potasio y fibra, por lo que ayuda a fortalecer el sistema inmunitario y favorece la digestión.
Su alto contenido en agua la convierte en un alimento bajo en calorías, ideal para platos ligeros sin renunciar al sabor. Además, su dulzura natural permite reducir el azúcar en postres y aportar cremosidad en purés y salsas sin recurrir a grasas añadidas.
Por eso, más allá de su estética otoñal, la calabaza es un ejemplo perfecto de cómo la naturaleza ofrece equilibrio: sabor, nutrición y versatilidad en un solo ingrediente.
Calabaza en versión salada: del hummus al guiso tradicional
1. El aperitivo que nunca falla
¿Has probado el clásico hummus con un toque otoñal? Este hummus de calabaza combina el sabor del garbanzo con la dulzura natural del puré de calabaza asada. Una alternativa ligera al paté vegetal que aporta color y un punto de suavidad perfecto para untar con pan pita o crudités.

2. Guisos que saben a casa
En los días fríos, nada reconforta tanto como un guiso humeante. La calabaza se funde en la salsa y aporta una textura cremosa sin necesidad de nata ni espesantes.
Puedes probar el clásico guiso de calabaza o su versión más potente, el guiso de ternera con calabaza, que mezcla carne tierna, verduras y ese dulzor que redondea los sabores.

3. Calabazas rellenas al horno
Entre las recetas más visuales destaca la calabaza rellena al horno, perfecta para una comida especial. Basta con vaciar la pieza, rellenarla con arroz, carne o verduras, y dejar que el horno haga su magia. El resultado: un plato colorido, nutritivo y tan bonito que se sirve directamente en la mesa.

Cremas que abrigan el cuerpo (y el alma)
No hay otoño sin crema de calabaza. Su textura aterciopelada y su sabor dulce la convierten en uno de los platos estrella de la temporada. Puedes encontrar varias versiones, todas distintas y con su toque especial.
- La crema de calabaza roja es una de las más básicas, ideal para diario.
- Si prefieres algo más sofisticado, prueba la crema de calabaza con carabinero o la crema de calabaza y bacalao.
- Y para sorprender, nada como la crema de calabaza con hinojo: ligera, aromática y diferente.
Acompáñalas con semillas tostadas o un chorrito de aceite de oliva virgen extra para potenciar su sabor natural.

Pasta, arroz y panes con calabaza: un toque inesperado
1. Pastas y rellenos cremosos
La calabaza combina de maravilla con queso, lo que la convierte en el relleno ideal para recetas de pasta. Destacan los raviolis de queso y calabaza o los canelones de calabaza y queso, dos platos de textura suave y sabor reconfortante.
También puedes optar por unos macarrones con crema de calabaza y queso, una forma sencilla de incorporar verdura sin renunciar a la cremosidad.

2. Arroces que abrazan el otoño
El arroz cremoso con boletus y calabaza es puro otoño en un plato: setas, textura melosa y un color dorado que recuerda a las hojas caídas. Ideal para disfrutar con una copa de vino tinto y buena compañía.

3. Panes y bollos con alma dulce
La calabaza también se cuela en el obrador. Los bollos de calabaza son tiernos, aromáticos y mantienen la humedad durante días. Una forma deliciosa de aprovechar la pulpa cocida o asada que te haya sobrado.

Cuando la calabaza se vuelve dulce
Si algo demuestra este ingrediente es que no entiende de límites. En repostería, la calabaza aporta jugosidad, color y un sabor suave que combina bien con chocolate, frutos secos o especias.
Entre las recetas más irresistibles están el bizcocho de calabaza y chocolate, el pastel de calabaza o la clásica tarta de calabaza.

También hay opciones más tradicionales, como los buñuelos de calabaza, las marquesitas de calabaza o la mermelada de naranja y calabaza, perfecta para untar en el desayuno.

Y si te gusta jugar con las especias, los rollitos de calabaza y canela son una apuesta segura: suaves, fragantes y muy otoñales.
Una verdura que inspira
La calabaza es, sin duda, uno de los ingredientes más completos del otoño: saludable, económica y con mil formas de prepararla. Su sabor dulce, su textura cremosa y su capacidad para integrarse en platos dulces o salados la convierten en un básico que nunca pasa de moda.
¿Y tú? ¿Con qué receta de calabaza vas a empezar este otoño?