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Cómo conservar bulbos de dalias


Las dalias, al igual que muchas otras plantas bulbosas, han florecido durante el verano y ahora, al empezar el otoño, llega el momento de recuperar los bulbos para conservarlos y usarlos el próximo año para que florezcan de nuevo.

Si dejamos la dalia u otras bulbosas de verano todo el invierno en el exterior, el exceso de humedad puede dañar el bulbo y propiciar que al año siguiente nuestra dalia no crezca como debería. Por lo tanto, es importante, sobre todo, en las zonas muy húmedas, retirar los bulbos de la tierra y conservarlos en un lugar seco.

Para ello, tenemos que retirar la dalia de la tierra, soltar con cuidado el sustrato y limpiar las raíces bulbosas bien para dejarlas con la menor humedad posible.

Después, conservaremos los bulbos en un recipiente metálico y las cubriremos con arena de sílice que esté más bien seca.

Sin embargo, la arena, al conservar siempre un grado de humedad, hará que no se seque el bulbo sin aportarle un exceso de humedad. Si dejásemos los bulbos al aire libre en el interior del hogar, estos terminarían secándose y no volverían a florecer en verano.

Finalmente, cuando llegue el principio de la primavera, solo tendremos que volver a trasplantar las raíces bulbosas de las dalias en la tierra (nos aseguraremos de que sea un suelo rico) y esperar a que llegue el verano para volver a disfrutar de sus maravillosas flores.

Bulbos de dalias

Recuerda, los cuidados básicos de las dalias son:

  • Ubicación: Interior y exterior
  • Floración: Del comienzo del verano hasta casi finales del otoño, siempre que la temperatura sea suave ya que en climas muy calurosos su floración se detiene.
  • Luz: Exposición soleada.
  • Riego: Abundantes, sobre todo, los días de temperaturas fuertes.
  • Abono: para plantas de flor. Conviene realizar la tarea del abonado antes de su cultivo o, preferiblemente, durante el invierno cuando pierde las hojas.
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