El limón es un cítrico muy utilizado en la cocina. Descubre los trucos para elegirlos a la hora de la compra y cómo conservarlos correctamente.
ÍNDICE DE CONTENIDOS
Hogarmania, 25 de febrero de 2022
Consejos para hacer la compra
El limón es un cítrico muy utilizado en la cocina. Descubre los trucos para elegirlos a la hora de la compra y cómo conservarlos correctamente.
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Hogarmania, 25 de febrero de 2022
El limón es un cítrico de color amarillo claro o dorado, pulpa jugosa y sabor ácido. El limonero es originario de China o India, donde se cultiva desde hace más de 2.500 años.
Existen numerosas variedades de limones que se diferencian por el tamaño, grosor de la corteza, cantidad de zumo, número de pepitas y época de maduración y recolección.
Los limones se encuentran en el mercado todo el año, ya que el limonero es reflorescente y se pueden encontrar en un mismo árbol frutos y flores en distintos estados de madurez.
A la hora de la compra, se deben elegir los limones más firmes y pesados. La sensación de peso respecto al tamaño indica que está maduro y lleno de zumo. La cáscara tiene que presentar un color amarillo intenso. Aquellos que tienen manchas o matices verdosos en la cáscara, son más ácidos. La piel rugosa será probablemente muy gruesa y poseerá menor cantidad de pulpa que los limones con piel más lisa.
Hay que descartar los limones arrugados, con partes endurecidas o demasiado blancas, y con un color oscuro o apagado, sin brillo, pues estas características indican que no está fresco.
Los limones se pueden conservar hasta una semana si se mantienen a temperatura ambiente. Sin embargo, para una conservación más prolongada se deben mantener en el frigorífico.
Además, tanto el zumo como la cáscara se pueden congelar, mientras que la cáscara desecada o confitada se debe conservar en un lugar fresco y seco.
Aunque por su acidez no se consumen habitualmente como fruta fresca, el limón se utiliza mucho en la cocina. Aviva el sabor de algunos alimentos, de forma que puede sustituir a la sal y al vinagre en determinados platos, como las ensaladas. También sirve para aromatizar salsas, aceites, sopas, hortalizas, pescados, mousses, cremas y pasteles. Además, se utiliza para marinar carnes, caza, aves y pescados.
Con los limones se obtienen muchos derivados, como zumos, limonadas, helados, sorbetes y granizados.
El zumo de limón se puede añadir a diferentes alimentos (champiñones, manzanas, alcachofas...) para evitar que se oxiden y se oscurezcan cuando se ponen en contacto con el aire.
La corteza de limón se puede emplear para aromatizar bebidas como el té. La corteza rallada aporta sabor a las cremas y a las masas y también se puede confitar. El limón confitado o deshidratado en rodajas se utiliza mucho en repostería.
Porque las glándulas de la corteza de limón contienen en su interior un aceite esencial que es un agente aromático muy importante.
Este aceite está formado por diferentes compuestos, siendo el limoneno el mayoritario. La composición del aceite esencial varía en función de la variedad de limón, grado de maduración, coloración y tiempo que ha pasado desde la recolección.