La colección de cactus y suculentas de Iñigo Segurola no para de crecer. Lleváis tiempo queriendo verla y, en esta ocasión, os hacemos un pequeño tour por algunos de los ejemplares más interesantes.
Estamos seguros de que, después de conocerlos, no podréis resistiros a adquirir a alguna variedad para vuestro hogar.
Tour por la colección de cactus y suculentas de Iñigo Segurola
1. Aloes
Aunque el más conocido es el Aloe vera, en la actualidad, existen más de 500 especies de tamaños y formas distintas.
Iñigo ya nos mostró distintas variedades de aloe que tenía en su colección y la principal diferencia entre ellas era su porte. Algunas son bajitas y, otras, desarrollan enormes hojas carnosas.
Uno de los aspectos más llamativos para Iñigo Segurola de este tipo de plantas es cómo pueden alcanzar un tamaño tan grande variedades que, en origen, son de un tamaño pequeño.
Otro detalle característico de todas ellas es su resistencia. Son plantas que aguantan muy bien el exceso de humedad que pueda existir en el ambiente, como ocurre en el norte de la península.
Un ejemplo de todos los que tiene es este Aloe arborescens, conocido también como planta pulpo, acíbar, savila o candelabro, uno de los míticos árboles sudafricanos. Desarrolla una impresionante floración naranja en invierno.
2. Cactus grisáceos
Este grupo concentra una combinación de distintas variedades de cactus de tonalidad grisácea.
Hay algunas que ya han florecido y, detrás de cada una de ellas, se puede ver un pequeño fruto que esconde las semillas.
Si os interesa, os mostramos cómo se cosechan las semillas de los cactus y cuándo y cómo se siembran.
Otras variedades, tras la floración, desarrollan unos llamativos frutos rojos que facilitan la extracción de las semillas. Si habría sol, las flores blancas de este cactus florecerían.
Las mammillarias poseen unas características floraciones y, en este caso, son rosas. Se trata de uno de los géneros de cactus más grandes de la familia Cactaceae.
El cactus peyote o Lophophora williamsii posee un característico pelito y en él esconde las semillas. Esa lana que genera son los vilanos que permiten que las semillas las extienda el viento por el terreno y, así, colonicen amplias superficies.
Este lleva formando parte de la colección de Iñigo desde hace unos cuantos años y está a punto de florecer.
Uno de los aspectos a tener en cuenta con este tipo de cactus es la cantidad de riego que se le echa. Cuanto más compacto sea, si quedan gotas entre las intersecciones de sus cabezas, será más probable que acabe pudriéndose.
El cactus de San pedro o Echinopsis pachanoi, cómo podéis observar, es una variedad bastante vigorosa. Es el "rey de la casa" ya que aguanta sin ningún tipo de problema el frío invernal.
Posee un porte erguido y en tiestos puede alcanzar un gran tamaño. Si os ocurre como a Iñigo, que las puntas tocan el techo, será necesario trasmocharlos y seccionarlos para multiplicarlos. Si os interesa, os mostramos cómo se reproducen los cactus por esqueje.
Injertar cactus es una práctica cada vez más habitual. Este, por ejemplo, se trata de una variedad de peyote injertado sobre el pie de un San pedro. El peyote, con los años, irá creciendo y creará bolas enormes.
3. Aeonium
De los cactus tipo bola con sus espinas, pasamos a unas plantas en tonalidades granetes, oscuras y amarillas. Para los granates, los protagonistas son los Aeonium, plantas crasas de las Islas Canarias, concretamente, de Tenerife.
Hay muchísimas variedades en el mundo, de hecho, es un género de plantas suculentas que engloba unas 75 especies.
Se caracterizan por un crecimiento de sus hojas en forma roseta y pueden ser arbóreas o más planas.
Esta variedad es la Suculenta rosa negra o Aeonium "Zwartkop" y, como indica su nombre, es la más oscura de todas, de un color casi negro. Se le considera una variedad de aeonium arboreum.
La más habitual es esta granate, la Aeonium "Velour". La parte central de la cabeza de sus hojas tiende hacia el verde.
Esta planta es el resultado del cruce de la anterior, la Aeonium Arboreum Zwartkop, con la Aeonium Canariense y, cuanto más le incide el sol, más oscura se pone. En la sombra, tiende más hacía el verde.
Esta variedad tiene mezclado diferentes colores. Es como si estuviese "manchada" de rojo y verde en la misma hoja.
4. Cactus amarillentos
Este grupo concentra distintos cactus con un toque amarillento gracias al color de sus pinchos, casi transparentes. Uno de ellos es el cactus tipo churro, el cleistocactus winteri o Borzicactus roseiflorus.
Su forma de crecimiento es alocada y, a la vez, preciosa. Tiene un porte rastrero o colgante de largos tallos cubiertos de espinas que pueden alcanzar hasta el metro de longitud.
Sin embargo, hay que tener bastante cuidado al tratar con él. Acercando la mano, incluso, sin llegar a tocarle, puede pinchar. Y, como sus pinchos son trasparentes, resulta bastante complicado tratar de sacarlos de la piel.
Las flores de los cactus que os mostramos son reales. Ya os hemos mencionado en anteriores ocasiones que, en muchos lugares, venden variedades a las que se les pegan las flores con silicona.
Estas, por ejemplo, son naranjas. Si hubiese sol en el ambiente, estarían abiertas.
Hay cactus, por otro lado, que solo florecen durante la noche como es el caso el Hydrocereus undatus o "cereus" o cirio.
Mecanismos de defensa de los cactus y suculentas
Los cactus y las plantas casas viven en zonas desérticas, lugares en los que existe una gran escasez de agua. Eso la convierte en el bien más preciado.
Sus tallos tienden a engrosarse y a llenarse de ella y, para protegerla, pueden hacerlo de dos formas:
1. Pinchos
Las hojas pierden mucha cantidad de agua con la clorofila debido a la respiración celular. Por eso, las plantas han evolucionado y las han sustituido por pinchos, que pueden ser de diferentes tamaños, más grandes o más pequeños.

2. Mimetizarse con el entorno
Otra forma de protegerse es mimetizándose con el lugar en el que viven. Un claro ejemplo es el lithops o planta piedra.

A pesar de que, a simple vista parezca una piedra, en realidad, no lo es. Se ha adaptado de una forma perfecta a su entorno para evitar ser consumida por los depredadores.
Si las piedras de la zona son rojas, los lithops tendrán una tonalidad rojiza. Si son más grises, serán más grisáceas. ¡Así de inteligentes son las plantas!