Bouquet garni: qué es y cómo hacerlo en casa
Clásico francés aromático
Es una mezcla de hierbas aromáticas que se utiliza para dar sabor a caldos

En la cocina hay detalles que parecen simples, pero que cambian por completo el resultado final de un plato. Uno de ellos es el bouquet garni, un pequeño atado de hierbas aromáticas que se sumerge en sopas, guisos, fondos o salsas para impregnarlos de sabor sin que las hierbas queden flotando en el plato.
Este recurso es muy usado en la cocina francesa, pero su magia es universal: da aroma, profundidad y frescura, y se retira justo antes de servir.
No es un ingrediente que se mastique, sino una herramienta para aromatizar con elegancia y limpieza.
Qué es el bouquet garni y para qué sirve
La traducción literal de bouquet garni es ‘ramillete guarnecido’. Su forma más clásica combina tres hierbas: perejil, tomillo y laurel. Estas se atan con hilo de cocina o se envuelven en hojas de puerro o gasa para que sea fácil retirarlas al final de la cocción.
Su función es aromatizar sin que las hojas sueltas se mezclen con el resto de los ingredientes.

Se utiliza en caldos, fondos en cocina, estofados, legumbres, sopas y salsas, especialmente en recetas que requieren una cocción larga y suave.
Lo interesante es que no hay una fórmula única. Existen variaciones que añaden romero, salvia, apio, hinojo o incluso granos de pimienta negra, según el plato, la región y la temporada.
Hoy en día también se usan bolsitas de té reutilizables o infusores metálicos para contener las hierbas, facilitando su manejo.
Platos clásicos con bouquet garni
El ramillete aromático está presente en recetas como el pot-au-feu (estofado francés), la bouillabaisse (sopa bullabesa), el coq au vin, el cassoulet o salsas madre como la velouté y la demi-glace. Se introduce siempre al inicio de la cocción y se retira antes de servir, dejando un aroma limpio y elegante.
De la Antigüedad a la Edad Media: la base de la idea
Aunque el bouquet garni como tal nació en Francia, su concepto tiene raíces más antiguas. En Grecia y Roma ya se utilizaban hierbas como tomillo, orégano, laurel o hinojo para aromatizar carnes y caldos.
No se preparaban en ramilletes, pero la idea de infusionar el líquido de cocción con plantas estaba presente.
Durante la Edad Media, las cocinas de monasterios y casas señoriales añadían hierbas cultivadas en sus huertos a los guisos. Eran recetas potentes, aunque poco refinadas, y todavía no existía la idea de atar las hierbas para retirarlas después.
El nacimiento en Francia: siglo XVII
Fue en la Francia del siglo XVII, en plena época del rey Luis XIV, cuando la cocina comenzó a refinarse.
El bouquet garni apareció como una solución práctica y estética: dar sabor sin dejar hojas sueltas en el plato.
François Pierre de La Varenne, en su libro Le Cuisinier François (1651), sistematizó su uso, marcando el camino hacia la alta cocina.
Y ya, en el siglo XIX, Auguste Escoffier incorporó el bouquet garni a la mise en place de la cocina francesa. Desde entonces, pasó a ser una herramienta técnica imprescindible para sopas, salsas madre y guisos emblemáticos.

Hierbas que componen un bouquet garni
La combinación más tradicional lleva perejil, tomillo y laurel, tres hierbas que se complementan a la perfección. El perejil da frescura, el tomillo aporta notas terrosas y el laurel un aroma profundo.
Sin embargo, según la receta, se pueden añadir otras hierbas como romero, salvia, apio, estragón o incluso piel de cítricos.
En la cocina mediterránea, por ejemplo, no es raro que el bouquet garni incluya romero o albahaca.
En versiones para platos de pescado, se pueden sumar hinojo fresco o hierbas de mar.
Bouquet garni en otros países
En el siglo XX, con la globalización culinaria, el concepto viajó y se adaptó:
En Italia, el mazzetto (oloroso) añade romero, salvia y laurel. Es una mezcla de hierbas similar a las hierbas provenzales.
En España y América Latina, se usan combinaciones similares, con perejil, orégano, apio o laurel, aunque sin el nombre francés.
En Asia y África, se emplean saquitos de hierbas adaptados a sabores locales, como cilantro, lemongrass o canela.
En la cocina de precisión, se prepara con combinaciones personalizadas para cada ingrediente principal. Puede aromatizar una cocción al vacío o infusionar aceites y caldos sin contacto directo.
En cocina molecular, sus sabores se transforman en espumas, geles o aceites esenciales.
Cómo hacer un bouquet garni en casa: paso a paso
Hacer un bouquet garni casero es rápido y muy sencillo. Solo necesitas:
Ingredientes básicos:
- 2 o 3 ramas de perejil fresco
- 1 o 2 ramas de tomillo
- 1 o 2 hojas de laurel
Opcionales según receta:
- Romero
- Salvia
- Piel de limón o naranja
- Hinojo fresco
Preparación:
- Coloca todas las hierbas juntas, ordenadas por tamaño para que queden compactas.
- Átalas firmemente con hilo de cocina, formando un pequeño ramillete. Otra opción: colócalas sobre un trozo de gasa y envuélvelas antes de atar.
- Introduce el bouquet garni en la olla o cazuela, asegurándote de que quede sumergido en el líquido de cocción.
- Cocina junto con el resto de los ingredientes.
- Retíralo antes de servir, tirando del hilo o la gasa.
Trucos y consejos para un buen bouquet garni
Hierbas frescas o secas: siempre que sea posible, usa hierbas frescas, ya que su aroma es más vivo. Las secas funcionan, pero debes reducir la cantidad para evitar que el sabor sea demasiado intenso.
Tamaño: hazlo pequeño para que sea fácil retirarlo sin romperlo.
Personaliza: adapta la combinación a tu plato. Para un guiso de carne, romero y salvia son perfectos. Para pescado, mejor hinojo y perejil.
Congelación: puedes preparar varios bouquets garni y congelarlos envueltos en film. Así tendrás siempre listos para usar.
El bouquet garni es un recurso sencillo, económico y muy efectivo para dar personalidad a tus recetas.