Un viaje por la miga tierna de los panes más famosos en el Día Mundial del Pan
Corteza y miga
Descubrimos los panes más icónicos: baguette, focaccia y pan payés catalán

Toma asiento y prepara la bolsa, porque al descubrir los panes más famosos del mundo vas a querer salir corriendo a la panadería. Hoy, 16 de octubre, celebramos el Día Mundial del Pan, una fecha instaurada en 2006 por la Unión Internacional de Panaderos y Pasteleros, coincidiendo con el Día Mundial de la Alimentación.
El pan es un alimento básico en gran parte del planeta, desde Europa hasta Asia, pasando por América y África. Lo encontramos en la mesa de desayuno, en las comidas principales y en las meriendas.
Se adapta a culturas, climas e ingredientes, y ha sabido evolucionar hacia versiones sin gluten para quienes lo necesitan. A continuación, un recorrido por algunos de los panes más emblemáticos del mundo.
Los panes más famosos del mundo
Pan de centeno
De miga densa y color oscuro, el pan de centeno es típico de países del norte de Europa como Alemania, Finlandia o Polonia.
Contiene menos gluten que el trigo y es rico en fibra, lo que lo convierte en un gran aliado digestivo. Su sabor es intenso, con un punto amargo, y en Estados Unidos se utiliza como base del famoso sándwich Reuben.

Baguette francesa
La baguette es símbolo de Francia y protagonista en cualquier postal parisina.
Este pan alargado y crujiente tiene tanta importancia cultural que en 1993 el gobierno francés reguló por ley cómo debía elaborarse la ‘baguette de tradition’.
Hoy en día incluso existen máquinas expendedoras de baguettes en las calles de París, para que nunca falte en la mesa.

Pan de hogaza
En España, la hogaza forma parte de nuestro patrimonio gastronómico. De aspecto redondo y corteza gruesa, ya aparece mencionada en el Quijote como símbolo de sustento.
Su miga abundante lo convierte en el compañero ideal de guisos y platos de cuchara, y sigue siendo uno de los panes más representativos de la tradición castellana.
Focaccia
Originaria de Liguria, la focaccia italiana es un pan plano cubierto con hierbas y aceite de oliva.
Su receta se remonta a etruscos y griegos, y hoy en día se disfruta con cebolla, aceitunas o tomates secos.
Es ideal para acompañar embutidos, quesos y vinos, y recuerda a la base de una pizza.

Bagel
El bagel nació en Polonia, aunque fue Nueva York quien lo popularizó. Se distingue por su agujero central y su técnica: antes de hornearse se hierve brevemente en agua, lo que le da una miga densa y un exterior ligeramente crujiente.
En Montreal se prepara con miel y semillas de sésamo, mientras que en Estados Unidos se aromatiza con malta.

Pan de queso
En Brasil, el pão de queijo es una delicia hecha con almidón de yuca y queso, originaria de Minas Gerais.
Pequeños, tiernos y con un sabor inconfundible, tienen versiones hermanas en otros países: chipá en Argentina y pan de bono en Colombia. Son inseparables de los desayunos y meriendas brasileñas.

Pumpernickel
En Westfalia, Alemania, se elabora el pumpernickel, un pan integral de centeno poco molido.
De textura pastosa y sabor ligeramente dulce, se cocina lentamente al vapor, sin corteza y con un aroma característico. Su origen documentado se remonta al siglo XVI.
Pan de pita
El pan de pita, fundamental en Oriente Medio, es un pan plano con interior hueco que se abre como un bolsillo.
Se cuece a alta temperatura, lo que provoca la separación de la masa. Es perfecto para rellenar con falafel, kebabs o verduras al estilo mediterráneo.

Chapata o ciabatta
Nacida en Italia como ciabatta, la chapata se ha convertido en uno de los panes preferidos para bocadillos.
Se caracteriza por su corteza crujiente y su miga llena de alveolos gracias a una fermentación lenta. Consistente y saciante, se adapta a todo tipo de rellenos.
Lavash
El lavash, típico de Armenia y el Cáucaso, es un pan de origen persa que puede presentarse en forma de torta plana, crujiente tipo cracker o pan flexible similar a una tortilla.
Es perfecto para enrollar carnes o vegetales y se considera Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
Pan naan
En India, Afganistán o Pakistán es común el naan, un pan plano cocido en hornos de barro llamados tandoor.
Puede llevar queso, frutos secos o ajo, y se disfruta caliente como acompañamiento de curris y guisos especiados. Su textura es esponjosa y ligeramente tostada en los bordes.

Pan payés
En Cataluña, el pan de payés o pan payés es el pan de los campesinos. Redondo, con corteza dura y miga que se conserva varios días, es ideal para preparar pan tumaca o acompañar embutidos.
Su elaboración artesanal lo mantiene como un clásico de la cocina catalana.
Mollete andaluz
El mollete es el pan por excelencia del desayuno andaluz. Redondo, tierno y con miga ligera, suele servirse con aceite de oliva, tomate y jamón serrano, aunque también admite mermeladas o mantequilla. Es uno de los grandes ejemplos de la dieta mediterránea.

Pan gallego
En Galicia, cada pueblo tiene su tradición panadera. Destacan el pan de Cea, con Indicación Geográfica Protegida, o el pan de Carral en A Coruña. Con harinas locales y fermentaciones lentas, son panes de sabor profundo, perfectos para acompañar la rica gastronomía gallega.
Stollen
En Alemania, la Navidad no se entiende sin el Christstollen o Stollen, un pan dulce relleno de frutos secos, mazapán o semillas de amapola, cubierto con azúcar glas. Su forma recuerda a un niño envuelto en pañales, y cada familia guarda su propia receta.

Piadina
La piadina de Romaña (Italia) es un pan plano elaborado con harina, grasa y agua. Se cuece en placas de terracota llamadas teglia y se come doblada, rellena de embutidos, verduras o incluso crema de avellanas. Es un clásico de la cocina italiana informal.
Knäckebröd
Suecia aporta el knäckebröd, un pan crujiente de centeno con aspecto de galleta. Muy energético, acompañó a los vikingos en sus travesías y hoy sigue siendo un básico en la dieta escandinava, servido con quesos o pescado.
Baozi
En China, el baozi es un bollo al vapor relleno de carne de cerdo, verduras o jengibre. Se consume en el desayuno y forma parte de la rutina diaria. Todo miga y sin corteza, es un símbolo de la cocina callejera china.

Cornbread
En el sur de Estados Unidos, el cornbread o pan de maíz acompaña barbacoas y sopas. No requiere fermentación y se prepara en sartén o bandeja. Puede incluir granos enteros de maíz o jalapeños, aportando un toque picante.
Tortillas mexicanas
La base de la gastronomía mexicana son las tortillas, elaboradas con maíz blanco, amarillo o incluso azul. Sirven para tacos, quesadillas y enchiladas. De origen mesoamericano, son uno de los panes planos más antiguos del mundo.
Marraqueta
La marraqueta chilena, dividida en cuatro piezas unidas, tiene corteza dorada y crujiente. Su origen se remonta a la llegada de inmigrantes europeos. Es tan popular que incluso ha sido protagonista en redes sociales, como en el ‘Mundial de Desayunos’ de Ibai Llanos y por ser el pan favorito del actor Pedro Pascal.

Rugbrød
En Dinamarca triunfa el rugbrød, pan oscuro de centeno con semillas, muy nutritivo y bajo en grasa. Su sabor ácido no impide que sea uno de los alimentos más consumidos en el país. Se sirve en el tradicional smørrebrød, los famosos sándwiches daneses abiertos.
Pupusas
En El Salvador, las pupusas son un icono nacional. Hechas con masa de maíz rellena de queso, frijoles o cerdo, se cocinan en plancha y se sirven con curtido de col. Se han consumido desde tiempos mayas y hoy son Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Damper
En Australia, el damper recuerda a los días de frontera. Elaborado con harina, agua y sal, se cocinaba en las brasas durante los viajes. Hoy se enriquece con leche o mantequilla y se parece al pan de soda irlandés.
Khachapuri
En Georgia, el khachapuri es un pan en forma de barca relleno de queso y huevo. Su importancia es tal que existe un ‘Índice Khachapuri’ para medir la economía local. Es un plato que une tradición, sabor y orgullo nacional.

Pai bao
En Hong Kong, el pai bao se prepara con el método japonés Tangzhong, que mezcla parte de la harina cocida con agua antes de amasar. El resultado es un pan increíblemente esponjoso y húmedo, con un sabor suave y lechoso.
Pan de soda
En Irlanda, para preparar el soda bread o pan de soda se utiliza bicarbonato en lugar de levadura. Popular durante la Gran Hambruna del siglo XIX, se convirtió en un pan rápido, fácil y nutritivo. Hoy sigue siendo un símbolo de la mesa irlandesa.

Bolo lêvedo
En Portugal, el bolo lêvedo es típico de las islas Azores. Se asemeja a un panecillo dulce, plano y tierno, cocinado en plancha. Se consume tanto en desayunos como en comidas, acompañado de embutidos o rellenos dulces.
Pandesal
En Filipinas, el pandesal es el pan cotidiano. Su nombre significa ‘pan de sal’, aunque su sabor es ligeramente dulce. Se come en desayunos con queso, mantequilla o café y es un emblema de la panadería filipina.
Pampushka
En Ucrania, las pampushka son pequeños bollos tiernos que suelen servirse con borsch, la sopa tradicional de remolacha. Se untan con ajo y aceite, lo que les da un sabor intenso y un carácter único dentro de la mesa ucraniana.
Si te preguntas por qué no hemos incluido el croissant o cruasán en la lista es porque se sitúa en el límite entre la bollería y la pastelería, y por tanto, técnicamente, no es un pan. Entonces, ¿qué pan vas a comprar hoy?